¿Una escritora noveló romance con Strauss Khan?

Para muchos, el "hombre cruel y apasionado" que Carmen Llera, viuda de Alberto Moravia, retrata en Gaston es el ex director del FMI. Ella lo niega y lo defiende de los ataques del "puritanismo antifrancés"

Nina, la protagonista del libro, hubiera preferido "no conocerlo jamás". "Siento que te amaré mucho decía Gaston empujándola contra un muro". Ella, "sorprendida por su violencia o avidez o amor, había intentado la fuga, inútilmente".

En la descripción del amante, hay pocas referencias textuales, pero son sugestivas. "Gastón tenía una esposa, pero Nina era su verdadera mujer". El amor vino de la mano del dolor. "Eres la única causa de mi sufrimiento, le dice Nina. Y sólo tú tienes el poder de consolarme".

En suma, la historia de un amor prohibido y de triste final, ya que el muy cruel Gastón abandona a Nina. Los suspicaces creyeron ver en este romance una relación secreta que la española, hoy de 58 años, habría tenido con Dominique Strauss-Kahn, 62, presumiblemente entre 2003 y 2005. ¿Indicios? Una fotografía de los dos entrando a un departamento parisino y el hecho de que el nombre cmpleto de él es: "Dominique Gaston André". No es mucho, pero suficiente para la maledicencia.

Pero la propia Carmen acaba de salir al cruce de las versiones. La viuda del escritor italiano Alberto Moravia, con quien se casó teniendo 31 años -él 78-, envió una carta al director del diario italiano Corriere Della Sera que transcribimos:

Es un error usar mi libro, pura ficción literaria, para ilustrar un hecho real. Gaston no tiene nada que ver con Dominique Strauss Kahn a quien conozco y frecuento desde hace años. No he sido nunca su víctima como alguno ha escrito, no es un hombre cruel, primitivo o sádico, la violencia no forma parte de su cultura, ama el sexo, so what? (¿y qué?) no me parece un delito, a veces los cuerpos expresan más que las palabras... pero no deseo hacer literatura en un momento casi trágico (...). No sé lo que pasó en la suite del Sofitel, probablmente haya sido una relación consentida, pero excluiría la violencia sexual, no quisiera que Dominique Strauss Kahn se convirtiese en el 'chivo expiatorio' de cierto puritanismo americano, antieuropeo y antifrancés. No quisiera que él deba pagar por la fallida extradición de (Roman) Polanski y por sucios juegos de poder político y económico. Deseo sólo que pueda demostrar pronto su inocencia y volver a ser el hombre libre y sonriente que he visto hace unos días. Es todo, cordialmente,

Carmen Llera Moravia