El hombre que entró a su antigua escuela y mató a tiros a 12 menores actuó solo, dijo el jueves el jefe de la división de homicidios de la Policía de Río. Entrevistas con vecinos, familiares y antiguos compañeros de clase dejaron claro que el tirador Wellington Oliveira "siempre actuó solo", dijo Felipe Ettore, jefe de homicidios, en una conferencia de prensa. "Era un enfermo mental y tuvo un episodio psicótico que culminó con esta tragedia que sacudió a todo el país", agregó.
Hace una semana, Oliveira regresó al edificio verde con amarillo donde asistió a la escuela primaria y secundaria, sacó dos armas de su maleta y empezó a disparar a los niños horrorizados. Murieron 10 niñas y dos niños; cinco menores siguen hospitalizados, aunque ninguno en condiciones serias.
Algunos de los escritos de Wellington levantaron sospechas sobre un posible nexo con grupos extremistas musulmanes -entre los textos había un diario donde hablaba de reuniones con hombres llamados Abdul y Phillip y mencionaba planes para un ataque en Malasia-. Pero Ettore también descartó esa línea de investigación. Abdul era el nombre de una persona que Oliveira conoció en la escuela, dijo.
El jueves, la Policía también arrestó a un tercer hombre por proveer, supuestamente, una de las dos armas utilizadas por Oliveira. Un juez ordenó la detención de Manuel Freitas Louvise luego de que la Policía rastreara el arma hasta él, según una declaración publicada en la página web de un tribunal brasileño. Louvise confesó que le había vendido el arma y municiones a Oliveira de 23 años, decía el comunicado.
Luego de su arresto, Louvise dijo a la policía que vendió el arma calibre 38 a Oliveira en septiembre de 2010 por 760 dólares en efectivo, con 60 balas y equipo para poder recargar rápidamente, dijo Ettore. Según el policía, Louvise, de 57 años, dijo que él era abuelo de dos niños y que lamentaba haber vendido el arma a Oliveira, quien había dicho que la quería para defensa propia.
El asesino dejó dos videos en donde decía que se había sentido humillado varias veces y que le habían faltado al respeto y estaba planeando un ataque en el nombre de otros que, como él, eran acosados en las escuelas. Aún no se define cuando reanudarán las actividades en la escuela pública Tasso da Silveira, que celebraba su 40º aniversario cuando ocurrió el tiroteo.