"Varias flores tienen mal olor, pero siempre son pequeñas. Generalmente no causan el impacto que ésta causa", declaró el botánico Eduardo Gonçalves, del Centro de Arte y Botánica de Inhotim, ubicado en la ciudad de Brumadinho, el experto.
Sucede que la flor huele a carne podrida, herramienta que sirve a la Amorphophallus para atraer a insectos polinizadores, generalmente moscas.
Gonçalves se ocupó de plantar en Brasil la simiente de esta herbácea tuberculosa que, una vez florecida, puede alcanzar los tres metros de altura, informó el portal de noticias G1.
La planta, que tiene una vida de unos cuarenta años, procede de las zonas selváticas de la isla de Sumatra, en el noroeste de Indonesia, y su floración se considera todo un acontecimiento botánico, ya que no sucede más de unas tres o cuatro veces.
Según Gonçalves, es la primera vez que crece un ejemplar de "flor cadáver" en América Latina y la última vez de la que se tiene constatación del florecimiento de esta especie fue el pasado 22 de julio en el jardín botánico de Tokio.
El miembro del consejo de administración de Inhotim, Bernardo Paz, calificó el fenómeno de "extraordinario".
"Nos hace muy feliz que suceda algo de esta magnitud en América Latina. Es una cosa extraordinaria", dijo Paz, quien manifestó su intención de cultivar todas las especies raras del mundo en el centro botánico.