"La trata de personas va más allá de la explotación sexual"

Lo dijo la diputada Gil Lozano en el marco de un debate donde detalló cómo se combate en la Argentina el secuestro de personas para luego explotarlas. Además, contó detalles de la triste búsqueda de Marita Verón, desaparecida desde 2002

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Lo dijo la diputada Gil Lozano en el marco de un debate donde detalló cómo se combate en la Argentina el secuestro de personas para luego explotarlas. Además, contó detalles de la triste búsqueda de Marita Verón, desaparecida desde 2002
 Agencia Nova 162
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La diputada de la Coalición Cívica, Fernanda Gil Lozano, habló de la trata de personas y explicó las diferencias que existen entre ésta y la explotación sexual de personas, la cual se mantiene con vida gracias a "los clientes que consumen sexo pago".

"La trata tiene categorías más macabras como el tráfico de órganos o la reducción a la servidumbre, más allá de la explotación sexual", dijo al abrir el debate del que participó Infobae.com.
 
Gil Lozano destacó que la Argentina "es un Estado que no alienta la practica de la prostitución, pero si las chicas son mayores de edad no la reprime, no la hace punible. El marco abolicionista de la Argentina jamás siguió la prostitución".

La lesgislación argentina condena al tercer actor de este vínculo, o sea, al proxeneta que explota a una mujer para quedarse con el dinero que la mujer explotada produce en esa transacción.

"La Argentina no permite que haya terceros, porque el asentimiento y el consentimiento juegan un rol muy diferente. Cuando dos personas consienten es un cosa, cuando hay un tercero, hay dos personas que consienten y uno que asiente. El objeto que asiente es un ser humano cuyo cuerpo es vendido y es subordinado", definió la lesgisladora.

A continuación, comparó la decisión de una mujer a ejercer la prostitución como forma de vida con la de aquellas que son explotadas: "Esto es una realidad que sucede entre dos adultos. El Estado no se mete porque considera que no es su imperio porque corresponde al ámbito privado, pero sí avanza, y muy seriamente, contra el explotador".


Respecto del concepto "trata de personas" detalló que: "No es sinónimo de explotación sexual porque la trata tiene categorías más macabras como el tráfico de órganos o la reducción a la servidumbre. La Argentina tiene hoy el 75% de su mano de obra textil, esclava. Someten a ciudadanos paraguayos y bolivianos".


Las mujeres explotadas por tratantes quedan "vacías"
Gil Lozano contó que participa en forma activa de la recuperación de mujeres que fueron secuestradas por tratantes de blancas, los cuales las "regentean" obligándolas a tener que "atender" por día a más de ocho hombres que pagan por sexo en lugares públicamente conocidos como "cabarets o whiskerías". Las víctimas permanecen encerradas, tolerando humillaciones, golpes y violaciones reiteradas.

"Cuando recuperan el habla cuentan que llegaron engañadas, por novios que la seducen o por personas o avisos que les propusieron un empleo, generalmente de limpieza o para cuidar chicos. Una vez que llegan a ese lugar les dicen cuál fue fin de ese traslado y si no aceptan, las golpean, las violan sistemáticamente hasta tal punto que les sacan la personalidad. Por eso digo que el objeto es vaciado.

Muchas veces, estas mismas chicas ya fueron abusadas por familiares. ¿Cómo hacen para ir en contra de su tratante? Si no es ella amenazada, lo es su familia", relató en medio del estupor generalizado.

Caso Marita Verón

Susana Trimarco investiga desde el primer minuto la desaparición de su hija. La mujer acompañó en varias oportunidades a quienes realizaron allanamiento en distintos prostíbulos donde se presumía que ella podría estar.

"Cuando conseguían la orden de allanar prostíbulos de Tucumán, Marita ya había sido envíada a La Rioja y así pasaba siempre", contó Gil Lozano sobre los hechos desesperantes que la propia Trimarco le relató.

Susana sabía que Marita estaba viva porque ella dejaba dibujitos en las paredes, y esos eran los mismo que le hacía en un papel a su pequeña hija.

Desde el 3 de abril de 2002, Marita Verón está desaparecida y hasta el día de hoy no hay datos concretos de su paradero ni de la red de trata de mujeres que la secuestró cerca de su casa en Tucumán.

Susana Trimarco encaró la búsqueda de su hija y en cada uno de los operativos logró el rescate de ciento de mujeres que vieron a su hija con vida y gracias a sus relatos supo que varias veces Marita y ella se cruzaron. Trimarco sigue en la constante lucha por recuperarla y lograr que esté en algún lugar, esperando que la lleve a casa.

En Argentina, la explotación sexual es un negocio que parece no tener cara ni nombre visible. Más allá de las denuncias que de ella se hagan, de las bandas desbaratadas y mujeres recuperadas de las garras de los explotadores lo cierto es que si este "mercado" continúa vigente es porque lamentablemente hay consumo que lo mantiene en pié y es ese el foco central donde habría que poner atención y rever las penas para quienes son cómplices de este mal social.