Lamela y una herida que no deja de sangrar

La patada al juvenil de River despertó voces en el ambiente del fútbol. Sus compañeros lo defienden, pero la mayoría de los rivales se mostraron molestos por el manejo del volante. ¿Víctima o culpable?

Prensa River 162

Parece casi irreal, pero esta novela forma parte del fútbol argentino. Un juvenil, una cruel patada, una herida que quedó impresa en cada uno de los diarios del lunes. Una víctima que ahora pasó a ser culpable. Un árbitro que quedó en el olvido y una patada que terminó siendo demasiado chiquita para algunos y hasta despreciable para otros.

Erik Lamela dejó su herida al descubierto, luego de la patada de Jorge Curbelo. Los flashes se hicieron eco de la pierna del volante. Sus compañeros lo respaldaron, menos Federico Beligoy, quien hasta habría amenazado a Lamela para que se tape el corte debajo de su rodilla derecha. El lunes, martes, miércoles y jueves, las voces del fútbol retumbaron en el ambiente.

La que más pegó fue la de Juan Sebastián Verón, quien lanzó un ?parecemos nenas?, para referirse a la exposición que mostró Lamela de su pierna lastimada. ¿Qué hubiese pasado si Lamela acusaba de nena a Verón por sus constantes quejas dentro del campo de juego?

Ramón Díaz también se refirió a Lamela y habló de ?juventud?. ?Con los años va a entender que el fútbol tiene este tipo de cosas?, dijo el riojano y hasta soltó: ?Se va a tener que acostumbrar?. Suena hasta escalofriante. Julio César Falcioni, por su parte, lo comparó con los golpes que recibe Walter Erviti. ?Hay que bancársela, Walter termina todos los partidos así y no muestra la pierna?. La comparación también parece odiosa. Miguel Ángel Russo, más pensante, dijo que al chico ?lo expusieron?.

Martín Palermo también habló de Lamela: ?No debe tener ni diez partidos en Primera. Hay que ayudarlo. Salió perjudicado de todo este lío. Hay que tener cuidado, los demás se abren y queda expuesto el chico?. Por su parte, Néstor Ortigoza, uno que habla sin cinta, fue un poco más allá y hasta rozó lo inédito: ?Si no quiere que le peguen que juegue de dos. Para mí mariconeó. Yo no lo mostraría, ya que soy un jugador al que le pegan y también pego?.

Hoy Lamela oscila entre ser una víctima futbolera y un culpable serial. El fútbol se volvió equivocado. Hoy festejan los que pegan y se defiende el juego al límite. Los habilidosos ?mariconean?, ?parecen nenas? y tendrían que hacerse fuertes para jugar de centrales. La desproporción, una costumbre de un fútbol argentino donde llora el que recibe patadas y es guapo el que se queja en la cancha.

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