La situación de la compañía estadounidense venía dando que hablar hace tiempo. El jueves por la mañana, el equipo financiero de la empresa presentó la petición de quiebra. La intención es la de evitar una ejecución de las deudas, para permitir una restructuración que le permita resurgir.
Blockbuster sufre una aguda crisis desde el boom de internet y la distribución de contenidos por ese medio. Tanto la piratería, como el comercio legal por vías digitales, alejaron a los consumidores de sus locales. Por eso la empresa planea recortar aún más la cantidad de negocios y volcarse abiertamente a la distribución electrónica.
En el último tiempo el líder mundial en alquiler de películas cerró unas 1.000 tiendas. Se espera que luego de presentar la quiebra la cifra aumente entre 500 y 800 locales más.
Por el momento sin embargo, la empresa informó mediante un comunicado oficial que sus negocios en los Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Italia, México, y el Reino Unido seguirán funcionando. Distinto es el caso de sus locales en Argentina, los cuales dejaran de ser financiados por la empresa, y probablemente, deban cerrar sus puertas.
En este momento la empresa cuenta con una deuda cercana a los 1.000 millones de dólares. La intención es que el proceso iniciado logre reducir esa cifra hasta los 100 millones de dólares.
El plan de restructuración de la empresa incluye la transferencia a los grandes acreedores de la propiedad de la empresa. Carl Icahn posee un tercio del total de la deuda de la empresa. Además es uno de los principales impulsores de su vuelco al mercado digital.
Luego de declarada la bancarrota, la empresa logró ya obtener un préstamo por quiebra de unos 125 millones de dólares. Posteriormente intentará endeudarse por unos 50 millones más. Mientras dure la restricción sobre los acreedores la empresa intentará reorientar sus negocios.