Buscan reconocer el trabajo no remunerado de las amas de casa

La Cepal concluyó ayer una conferencia sobre igualdad de género en la que instó a los países de América Latina y el Caribe a reconocer el valor económico del trabajo no remunerado que las mujeres realizan en sus hogares

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Esas labores "constituyen una carga desproporcionada para las mujeres"

y "un subsidio invisible al sistema económico, que perpetúa la subordinación y la explotación", dice el documento central de la undécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, clausurada ayer en Brasilia.



El texto sostiene que

"América Latina y el Caribe continúa como la región más desigual del mundo"

y que "se agudizan las brechas de género, etnia y raza", por lo que es "inaplazable cambiar las bases políticas, culturales y económicas que sostienen la división sexual del trabajo".



En ese sentido, apunta que se debe lograr "una nueva ecuación entre el Estado, la sociedad, el mercado y las familias, en la que el trabajo doméstico no remunerado y las tareas de cuidado (de niños y ancianos) se entiendan y traten como asuntos públicos y de responsabilidad compartida entre todas sus esferas".



Apunta además que

los países de América Latina y el Caribe están en un momento de "transición demográfica"

y "envejecimiento de la población", que "sobrecarga a las mujeres con la tarea de cuidar a las personas mayores y a las personas enfermas".



El "Consenso de Brasilia", que recoge el resultado de los cuatro días de debates del encuentro promovido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), también urge a "ampliar la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y en las esferas de poder".



Valora, en ese sentido,

"la contribución de los movimientos de mujeres y feministas en la profundización de la democracia y la búsqueda de la igualdad",

y sostiene es necesario llegar a una "paridad real en el ejercicio del poder".



La conferencia también instó a los Gobiernos a propiciar una "mayor autonomía económica" para la mujer, a enfrentar con el mayor rigor todas las formas de violencias de género y a facilitar el acceso a "nuevas tecnologías y medios de comunicación igualitarios y no discriminatorios".



En relación a ese último punto, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, subrayó que la mujer no puede seguir siendo en algunos medios como la televisión, "solamente una cara bonita" y que tiene que ocupar los mismos espacios que los hombres.



El documento, de diez páginas, reserva uno de sus apartados a la "salud integral y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres", que también pide que sean garantizados por los Estados.


En uno de sus párrafos, exige que sean "revisadas" las leyes que "prevén penas punitivas" contra las mujeres que se sometan a un aborto, y que además "se garantice" la interrupción de un embarazo "en condiciones seguras y en los casos autorizados por la ley".



El "Consenso de Brasilia" aborda también la situación de las indígenas y afrodescendientes, que sufren la misma discriminación, pero "agravada" por "la persistencia del racismo y la consecuente acumulación de desventajas".



En la conferencia participaron 800 delegadas de 36 países, así como representantes de organismos internacionales, como el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), y de grupos organizados de mujeres de toda América Latina y el Caribe.



Según se acordó en la clausura, la próxima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe se celebrará en 2013 en República Dominicana, cuyo presidente, Leonel Fernández, ofreció como sede del encuentro.


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