El macabro asesinato de la modelo brasileña, Eliza Silva Samudio, tuvo como principal espectador a su novio, el arquero del Flamengo, Bruno Fernandes, quien había pedido a sus amigos que mataran a la joven, a comienzos de junio, por el reclamo de la paternidad de su bebé de cuatro meses.
Luego de que se consumara el crimen en la casa de un supuesto ex policía, el futbolista invitó a los asesinos a tomarse unas cervezas en su piscina y se mostró más tranquilo que nadie, según se desprende de la declaración de uno de los principales imputados, el primo de Bruno, un joven de 17 años de edad.
Edson Moreira, jefe de Homicidios de Minas Gerais, aseguró que el deportista encargó el secuestro de Samudio a su primo Sérgio Rosa Sales y a su amigo Luiz Henrique Ferreira Romão, alias "Macarrão", engañándola bajo el pretexto de llevarla a un apartamento que supuestamente había alquilado para ella y el bebé.
Pero los detalles de su asesinato y desaparición generan escalofríos y parecen sacados de la más oscura novela policial.
El interrogatorio al primo del arquero -que el martes fue detenido en la residencia del portero en Río de Janeiro, donde supuestamente le estaban dando instrucciones para que asumiera la responsabilidad del crimen-, fue la pieza fundamental para avanzar en la investigación.
En cuatro páginas que se encuentran los detalles del asesinato de Samudio quien fue secuestrada, golpeada en la cabeza y después estrangulada para, finalmente, descuartizarla, lanzar los restos a los perros y hundir los huesos en cemento.
Según el texto, "Macarrón" recogió a la joven y a su hijo, bajo la promesa de que Bruno iba a hablar con ella y le daría un apartamento y una pensión alimenticia por su paternidad.
En el automóvil iba escondido Sergio Rosa Sales, que apuntó con un arma a la modelo y luego de un forcejeo en el que la joven logró hacerse con el revólver e incluso apretó el gatillo contra el menor, la golpeó en la cabeza tres veces.
Tras los tres culatazos, Samudio estaba viva y la llevaron a una de las propiedades del arquero en las afueras de Belo Horizonte, donde los cuatro pasaron la noche.
Al día siguiente, tras amenazarla de muerte, otro empleado de Bruno obligó a Samudio a llamar a una de sus amigas para que le dijera que "todo iba bien" mientras el deportista viajaba de Río de Janeiro a la propiedad donde la mujer estaba secuestrada.
En la declaración, el primo aseguró que oyó decirles a "Macarrón" y Sergio que ellos debían "resolver el problema" porque él "no quería tener problemas y no quería saber nada del asunto".
Esa misma noche, llevaron a Samudio y a su hijo a otra casa en esa ciudad donde un hombre apodado "Nenem" la golpeó, le ató las manos con una cuerda y enseguida la estranguló.
Luego de que los amigos de Bruno dejaran la habitación, el asesino salió cargando una bolsa negra, que supuestamente contenía el cadáver descuartizado de la modelo el cual habría sido arrojado a cuatro perros de raza Rottweiler.
Vieron entonces cómo sacaba de la bolsa una mano de Samudio y la lanzaba a los perros, que la devoraron "al momento", según relató el menor quien reveló que los huesos de la joven fueron enterrados y cubiertos con cemento en el mismo terreno donde fue asesinada.
Según la prensa brasileña, el pequeño de cuatro meses se encuentra ahora con su abuelo Luiz Carlo Samudio aunque no se conocen detalles de cómo llegó a la casa de su familia materna.
En tanto, el abogado del club Flamengo, Michel Assef anunció que abandonó la defensa de Bruno luego de que la institución resolvió terminar el contrato con el deportista, uno de los mejor pagados de su plantel.