La citación de la Corte "ordena" a la modelo que comparezca en esa fecha o, de lo contrario, "incurrirá en un delito de desacato, que puede ser condenado con hasta siete años de prisión o una multa de hasta 2 millones de leones (unos 533.000 euros)", según ese documento.
La fiscalía quiere tener el testimonio de Cambell para demostrar que Taylor, al contrario de lo que mantiene el acusado, tenía acceso a diamantes en bruto y que los intercambiaba por armas que luego eran usadas en el conflicto armado en Sierra Leona.
Taylor habría entregado el "diamante de sangre" a Campbell durante una cena organizada por Nelson Mandela en sudáfrica, en 1997.
La fiscalía tuvo que pedir permiso a los jueces para llamar a declarar a la modelo porque ya había terminado de llamar a sus testigos en el juicio, que por motivos de seguridad se celebra en La Haya.
Los fiscales solicitaron el pasado mayo llamar a declarar a la modelo acerca de los diamantes que supuestamente recibió de manos del ex presidente liberiano, que es juzgado por crímenes de guerra ante esa corte.
Para la defensa de Taylor, el testimonio de Campbell no es necesario porque tiene "poco valor probatorio" para el caso.
Defienden que Campbell ha negado en varias entrevistas haber sido obsequiada con las piedras preciosas y que la sospecha de los fiscales se basa en los testimonios de la actriz Mia Farrow y la que entonces era la agente de la modelo, Carole White.
Para la fiscalía, el testimonio de Campbell "es necesario", ya que hay "evidencias" de que recibió diamantes en bruto por parte de Taylor en septiembre de 1997.
Taylor es juzgado desde enero de 2008 en La Haya por once cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad por su implicación en el conflicto civil que asoló Sierra Leona entre 1991 y 2002 y que causó 50.000 muertos.
La acción de los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) en ese conflicto fue financiada en parte por los llamados "diamantes de sangre".
Según la fiscalía del TESL, Taylor, quien niega todos los cargos, participó activamente en el conflicto a través de la entrega de armas al RUF y la dirección de sus operaciones que buscaban hacerse con el control de las minas de diamantes de Sierra Leona.