, entrenador de rugby de
, muerto ayer por dos motochorros que huían de un robo, escribió una conmovedora carta de despedida:
"Hijo mío, así lo llamaba yo, quién soy yo,
. Cualquier calificativo que utilice es poco para referirnos a Agustín Sartori, "Coquito".
. Para aquellos que perdieron un hijo deben entender el dolor que sentimos, pero más que dolor es la impotencia, la angustia y la desesperación de haber perdido una persona de la talla de "Coco".
Para que sepan, el rugby argentino es una gran familia y sobre todo nuestro club. Nosotros no somos entrenadores sino que somos educadores de este deporte y nos preparamos para transmitir y enseñar la filosofía del rugby.
El Centro Naval es una familia donde todos somos uno, "Coco" era más que uno, un hijo fantástico, un hermano como todos nos gustaría tener, un amigo inimaginable, un deportista imperdible, una persona como él sólo puede estar en el cielo y Dios sabe lo que hace.
Chau hijo, Dios te bendiga y proteja más que a nosotros, él sabe lo que hace, cuidate. Con todo el dolor del mundo y la impotencia que sentimos, te decimos gracias por haberte conocido, nos vas a hacer mucha falta amigo mío".