Pese al incremento peruano, el balance para la principal región productora de la materia prima para cocaína -integrada por Bolivia, Colombia y Perú- es positivo.
Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), el resultado se debe a la notable reducción en el país gobernado por Álvaro Uribe.
La superficie cultivada con coca en la zona andina se redujo un 5%. Pasó de 167 mil hectáreas en 2008 a 158 mil en 2009.
En Colombia, los cultivos cayeron un 16% hasta las 68 mil hectarias, lo que representa un 60% menos que una década atrás.
"La política de control de drogas adoptada por el gobierno colombiano en los últimos años está dando sus frutos", subrayó Antonio María Costa, director de la UNODC.
En tanto, la producción de cocaína en Colombia cayó a 410 toneladas métricas, lo que representa una reducción interanual de 9 por ciento.
Según explica el informe, el cultivo coquero en Colombia se hace cada vez más arriesgado y menos rentable para el crimen organizado.
Los cultivadores ganan apenas un dólar por día y la rentabilidad por su producción se redujo en un 21 por ciento. Las parcelas cocaleras son cada vez más pequeñas y dispersas y menos productivas.
La situación es muy diferente en Perú. La superficie cultivada creció por cuarto año consecutivo a 59.900 hectáreas, registrando un incremento de 6,8 por ciento.
La cifra representa un 55% más de plantaciones de coca que hace una década (aunque el total del último año es todavía la mitad que hace dos décadas, en pleno auge de la guerrilla Sendero Luminoso).
"Invito al gobierno peruano a implementar una acción coordinada en todos los frentes para mejorar la provisión de salud pública y seguridad expandiendo los programas de prevención y tratamiento a las drogas y fortaleciendo la cooperación legal regional", agregó.
En Bolivia no hubo una variación sustancial: se registró un aumento de 1% hasta las 30.900 hectáreas. Sin embargo, preocupa el hecho de que la cifra duplica a la de una década atrás. "En el Chapare hace falta mayor erradicación y más apoyo a mecanismos alternativos de prevención", evaluó el director de la UNODC.
"Hay límites a lo que los gobiernos andinos puedan hacer si la gente sigue consumiendo cocaína. Por eso los países de mayor consumo, sobre todo Europa y los Estados Unidos, deben asumir la responsabilidad y reducir la demanda", sintetizó Costa.