Se trata de una acción encuadrada en el plan de seguridad para la ciudad fronteriza con los Estados Unidos llamado "Todos somos Juárez".
"La presencia y responsabilidad que asumirá gradualmente la Policía Federal será de manera temporal, hasta que autoridades municipales y estatales puedan recuperar la capacidad operativa e institucional".
Sin embargo, esta medida acabó por ser muy criticada por la población de la ciudad, que considera la presencia de los militares espolea en vez de limitar la violencia asociada al narcotráfico, como parece indicar el incremento de muertes producidas desde que se inició el despliegue, en 2006.