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La Secretaría de Gobernación mexicana informó en un comunicado que a partir de este jueves el Ejército irá cediendo paulatinamente la responsabilidad de mantener el orden en Ciudad Juárez a la Policía Federal, y que esta delegación se extenderá más tarde a otros cuerpos de seguridad estatales y municipales.
Se trata de una acción encuadrada en el plan de seguridad para la ciudad fronteriza con los Estados Unidos llamado "Todos somos Juárez".
El Ejército se irá retirando poco a poco de las calles, aunque seguirá prestando apoyo a la Policía municipal en tareas de adiestramiento y depuración de agentes a sueldo de las organizaciones narcotraficantes. Mientras tanto, la Policía Federal, que se verá reforzada con 4.500 efectivos, será la encargada de combatir el crimen hasta que se restablezca la normalidad constitucional.
"La presencia y responsabilidad que asumirá gradualmente la Policía Federal será de manera temporal, hasta que autoridades municipales y estatales puedan recuperar la capacidad operativa e institucional".
El despliegue del Ejército de Ciudad Juárez fue una medida adoptada por el presidente del país, Felipe Calderón, para frenar la ola de asesinatos relacionados con el narcotráfico que azotan la localidad desde hace años.
Sin embargo, esta medida acabó por ser muy criticada por la población de la ciudad, que considera la presencia de los militares espolea en vez de limitar la violencia asociada al narcotráfico, como parece indicar el incremento de muertes producidas desde que se inició el despliegue, en 2006.
En lo que va de 2010 se han registrado casi 500 asesinatos en la ciudad, mientras que en todo 2009 esa cifra fue de 2.600 personas
