Los argentinos dentro de la "Máquina de Dios"

Un grupo de expertos nacionales participó del proyecto, que ayer logró recrear los momentos posteriores al Big Bang. "Hay que tener la cabeza abierta para la sorpresa", sostuvo la física platense María Teresa Dova

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Ayer por la madrugada, el Gran Colisionador de Hadrones logró su principal objetivo: que haces de protones chocaran y pudieran recrear así las condiciones inmediatamente posteriores al nacimiento del Universo.

El acelerador de partículas más grande del mundo logró un avance inédito en la historia de la ciencia. Ubicado cerca de la frontera con Francia y a cien metros bajo tierra, tiene la forma de un anillo metálico de 27 kilómetros de diámetro.

Científicos argentinos participaron de este desarrollo. A cargo de este grupo nacional está la reconocida física platense, María Teresa Dova, quien se desempeña en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata. Expertos de esta casa de altos estudios y de la Universidad de Buenos Aires forman parte de ATLAS, uno de los seis proyectos que abarca el dispositivo diseñado por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), encargado en este caso de hallar "el bosón de Higgs", un supuesto que explicaría la masa de las partículas.

Con respecto a lo sucedido ayer, Dova explicó: "Por primera vez se produjeron choques frontales de protones a niveles de energía tan grandes que nos permiten ver más allá de lo fundamental de la materia. Entre los datos que se obtienen en este experimento hay muchas respuestas que queremos encontrar, especialmente la partícula de Higgs -que nos permitiría comprender la estructura de la materia-, nos ayudaría a comprender mejor cómo estamos hechos, de qué estamos hechos nosotros y el universo todo", según publicó la página web de la universidad platense.

"Hoy (por ayer) comenzó el primer período de producción de datos, que durará unos 18 meses; a partir de ahora hay un menú infinito de posibilidades de buscar partículas y procesos que no han sido observados pero que pensamos pueden existir, por eso hay que tener la cabeza abierta para la sorpresa, porque se trata de una región nueva de energía que se comienza explorar", agregó la especialista.

Dova señaló que "cuando se hace interactuar partículas cada vez más energéticas, lo que se logra es reproducir en laboratorio las condiciones del universo cuando apenas había nacido, es decir, fracciones de segundo después del Big Bang". "No es que reproducimos el Big Bang -aclaró-, porque eso es algo imposible, sino que lo que hacemos es ir hacia adentro en la estructura de la materia y hacia atrás en el tiempo para conocer el universo temprano".

También participaron del proyecto Fernando Monticelli, Xavier Anduaga y Martín Tripiana (UNLP), Ricardo Piegaia, María Laura González Silva, Gastón Romeo, Francisco González Pinto y Juan Martín Maldacena (UBA).

El Gran Colisionador de Hadrones tuvo un costo cercano a los 8.000 millones de dólares y comenzó a construirse hace unos 20 años. De la investigación participan 1.900 científicos de todo el mundo en representación de 170 universidades.