¿Hacia dónde van las relaciones personales? ¿Se pueden construir nuevos modelos vinculares? ¿Cómo son los "nuevos amores"?, se pregunta la autora en el comienzo del libro (publicado por Ediciones B), donde se hace eco de las problemáticas que con más frecuencia escucha en su consultorio, en referencia a la liviandad de los vínculos actuales y la fugacidad de su duración.
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-arriesga Faur, en una entrevista con
-. A pesar de vivir en la era del vacío, de vínculos efímeros, la gente quiere seguir relacionándose, lo que pasa es que no encuentra la manera ni el modelo".
Autora de los anteriores
, sobre los vínculos tóxicos y
dedicado a envidia y celos, esta psicóloga nacida en 1958 cuenta con fluidez las protestas más comunes que los pacientes vuelcan hoy en el diván mientras hilvana con ejemplos de películas y series que grafican las situaciones y dan fluidez al relato.
, asegura Faur.
"Las parejas jóvenes intentan, trabajan un tiempo, se les va el entusiasmo, vienen desesperanzadas, no encuentran la manera, y la verdad es que no tienen esta dinámica del esfuerzo y del trabajo que si tenían otras generaciones", dice la psicóloga, mientras se refiere a nuevos actores inmersos en viejos paradigmas.
"Yo veo pacientes que vienen con modelos viejos, que dicen por ejemplo 'quiero un hombre que si salimos pague él, no aguanto que un tipo no me invite', el paradigma del hombre proveedor, y sin embargo si ese mismo hombre llega a la casa, se sienta con los pies en el sillón a mirar tele y le dice 'poné la mesa y hacé la comida' esa misma mujer lo saca corriendo", ejemplifica.
Para Faur,
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"Es una sociedad que quiere el placer inmediato y que no ve futuro, pero sobre todo donde está devaluado el compromiso y no sólo el afectivo. Es una sociedad que no se compromete con el prójimo, con la política, con la militancia, con el sacrificio en el trabajo, no se compromete con nada, en todo tiene una mirada distante y muy egocéntrica", apunta.
Incluso, la autora habla de "los jóvenes bulímicos emocionales", que no se satisfacen con nada, que quieren más pero no quieren trabajar para conseguirlo y que hablan de la insatisfacción permanente.
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. Parece una sociedad que le tiene mucho temor al vacío entonces permanentemente lo está llenando y, claro, no se llena nunca", arriesga.
"Lo cierto -dice Faur- es que una relación que no se trabaja tiene fecha de vencimiento. Las relaciones se construyen y como la generaciones actuales no tienen ganas de trabajar lo que van haciendo es saltar de enamoramiento en enamoramiento, en relaciones que nunca arrancan y que duran lo que dura la pasión", sostiene.
"Las parejas que logran trabajar y comunicarse tienen mejores relaciones que las que podían tener nuestros padres o abuelos. Hay que atravesar esa barrera de la renuncia y del esfuerzo, entender que la sexualidad hay que buscarla, que la comunicación hay que buscarla, la armonía en la familia hay que ir a buscarla, es algo que hay que trabajarlo", concluye.