Gonzalo Higuain, en uno de los pocos momentos de lucidez del equipo, estampó el 1-0 a los dos minutos del segundo tiempo, cuando los fantasmas volvían a aparecer.
Pero apareció el hombre de los milagros: cuando ya corrían un par de minuto de tiempo adicionado Martín palermo, en posición dudosa, empujó un centro de Federico Insúa y le dio al equipo de Diego Maradona tres puntos que lo dejan cuarto, a un fecha del desenlace.
Pero el gol de Palermo hizo olvidar todo. El estadio explotó y Argentina está muy cerca de visar su pasaporte para Sudáfrica. Ante Perú, el equipo que dirige Martadona careció de figuras.
Durante el primer cuarto de hora, Argentina se metió en el área contraria continuamente, pero volvió a fallar en la definición. Perú no llegó jamas al arco, pero se replegó bien. Los dos centrales sacaron todas las pelotas que se le vinieron encima y en los ataques argentinos también se metieron los dos "cincos" dentro del área, Rainer Torres y Josemir Ballón.
El ex Rosario Central, tras desnivelar por su flanco, habilitó en ambas ocasiones a Higuaín. En la primera el delantero del Real Madrid se llevó por delante la pelota que se fue junto al palo derecho de Leao Butrón y en la segunda el balón fue capturado en dos tiempos por el arquero.
En el inicio del segundo tiempo, como pedía el público, Maradona hizo entrar a Palermo. Pero el Monumental quedó mudo cuando, tras un disparo de Juan Vargas que rechazó Sergio Romero, la pelota pegó en el travesaño y se fue al córner.
A partir de entonces Argentina pareció resignar el campo y Perú volvió a arrimarse al campo argentino, tratando de usar la banda izquierda con Vargas, el mejor jugador visitante.
La presión peruana obligó a Maradona a hacer un cambio que dejó en claro los temores a un empate de la visita al incluir a Martín Demichelis, ubicándolo como lateral derecho y sacando al "Pipita" Higuain.
Llegó el temporal al Monumental, los reclamos del público y el gol de Perú que parecía sentenciar la suerte de Argentina. Un cabezazo de Rengifo anticipando a Romero (fue su único error) decretó el empate peruano, justo por lo hecho por los visitantes en la segunda mitad.
Y mientras empezaban a sonar los insultos desde las plateas, Argentina se fue hacia adelante en bloque buscando un milagro a puro pelotazo.