En los últimos meses, más de 40 pistas clandestinas fueron descubiertas en Santiago del Estero, según investigadores de fuerzas de seguridad.
Mediante trabajos de inteligencia, se pudo comprobar que la provincia se convirtió en "un gran portaaviones del narcotráfico" donde llegan de Paraguay cientos de kilos de cocaína y marihuana.
El Gobierno ya muestra su preocupación y tiene previsto un cambio absoluto en el sistema de vigilancia, publica hoy un matutino porteño.
Desde ahora, los ministerios de Defensa y de Justicia y Seguridad deberán informar al instante sobre los vuelos ilegales y no como sucede en general, que tardan varios días.
Para ello, tienen previsto adquirir cuatro nuevos radares. Ya hay dos instalados en el Norte y uno en Formosa.
De este modo, esperan obtener los datos de los vuelos en tiempo real y así coordinar operaciones terrestres en las zonas de descenso.
Habiendo detectado alguna avioneta en infracción, la Gendarmería entraría en acción con grupos tácticos helitransportados o con vehículos rápidos por tierra para así atraparla.
Desde 2002, esa fuerza secuestró 20 aeronaves a los traficantes.
Luego, la droga que llega a estas pistas de Santiago del Estero es distribuida a otras provincias.
Los ministerios de Defensa y de Justicia y Seguridad buscan evitar que los jueces federales pidan la información a la Fuerza Aérea, como institución que opera el sistema de vigilancia de radares, y que sean funcionarios de la seguridad interior quienes respondan las consultas.
Para eso fue instalado un puesto de la Secretaría de Seguridad Interior en el Grupo de Control y Vigilancia que la Fuerza Aérea tiene en el partido bonaerense de Merlo.
La edificación es capaz de resistir el impacto directo de bombas de alto poder y en sus tres pisos bajo tierra se ubica el sistema de observación de los radares.
Fue recuperado como centro de control el año pasado por un esfuerzo a pulmón de la Fuerza Aérea.
Actualmente, la radarización de la frontera argentina deja bastantes vías libres. Dos radares móviles de la década del 70, los TPS43, operan en Resistencia y Posadas.
Los pilotos ilegales, al conocer los límites de los radares, vuelan fuera de su alcance o por debajo de los 200 metros para esquivar el control. Es por eso eligieron Santiago del Estero como su "portaaviones".
El Ministerio de Defensa espera que en agosto próximo se concrete la compra de cuatro radares móviles.
Por su parte, las provincias del litoral argentino tienen una mayor cobertura de radares por un acuerdo con el gobierno de Brasil, que transfiere en tiempo real a las pantallas de vigilancia argentina las señales fronterizas obtenidas sobre Misiones y Corrientes.