El jarabe para la tos dejó de ser un simple medicamento para convertirse en una adicción en la que cae gran cantidad de jóvenes, en su mayoría de entre 16 y 30 años, publicó el sitio El Liberal.
"Muchos adolescentes llegan a consumir hasta 15 frascos diarios de estos medicamentos, lo que les produce una fuerte sensación de irrealidad, sedación y pérdida de conciencia", explicaron los especialistas.
Según señalaron, algunos jarabes para la tos contienen codeína, un tipo de opioide (derivado del opio). "Está ubicado en un escalón más debajo de la morfina, y lo que produce en una primera instancia es el cese de la tos, pero luego genera una sensación placentera que crea la necesidad de aumentar la dosis", agregó Martín Abutti, médico santiagueño.
En ese sentido, Pedro Contardi, director del Hospital Neumonológico de Santiago del Estero, aclaró que este componente no está presente en todos los jarabes para la tos y que las dosis normales no tienen un efecto negativo para la salud, sino las grandes ingestas que realizan los adictos.
Si bien la compra de estos medicamentos requiere receta médica, en muchas farmacias son de venta libre.
Ayer se conoció la noticia del consumo de "queso" entre los alumnos de las escuelas bonaerenses, una mezcla de heroína y fármacos para la gripe, entre ellos, antitusígenos.