Se trata del BTI (Bacillus thuringiensis israelensis), una especie microbiológica que, en forma de gránulos, se vende en casas de fumigación.
El BTI fue descubierto en 1911 en la provincia de Thuringia, Alemania, como patógeno de las polillas de la harina (de allí su nombre). Fue utilizado como insecticida en Francia hasta 1938 y en los Estados Unidos en la década del 50. Pero décadas después fue reemplazado por productos químicos más eficaces para el control de plagas.
Los especialistas aseguran que es una buena manera de mantener las piletas exentas de larvas de mosquitos Aedes aegypti. Esto se debe a que, cuando éstas lo ingieren, el BTI inicia un ciclo que les genera la lisis celular (rotura de la membrana celular), diarrea y vómitos, y la muerte por una deshidratación severa.
"Lo puede colocar en las piletas y usarlas tranquilamente", afirmó Oscar Lencinas, director del Instituto Pasteur, en C5N.
Otras formas de evitar que las piletas o fuentes se conviertan en focos de riesgo de dengue son: manteniéndolas vacías y secas, dejando un poco de agua en el fondo que debe ser constantemente clorada, o colocando cierta clase de peces ("panzudos", "madrecitas de agua" o pececitos de colores) que actúan como larvicidas naturales, ingiriendo las larvas de los mosquitos.