El ex presidente del Nasdaq, Bernie Madoff, hoy debe vivir tras las rejas, pero hasta hace poco se dio el lujo de vivir como un rey.
Madoff está en prisión en los Estados Unidos, en respuesta a sentencias por fraudes contables, apropiación de fondos y estafas, pero su realidad era muy diferente hace unos meses atrás.
Bernard solía vivir en su departamento en el Upper East Side de Manhattan, con su esposa Ruth, según publica hoy el portal digital CNN expansión.
Estos departamentos, sólo a algunas cuadras de las oficinas de la firma de Madoff, se venden por lo general en más de 5 millones de dólares.
De vez en cuando, solía dar algunos paseos a bordo de su yate llamado Bull, de 55.5 pies. Fue construido en 1969 por Rybovich and Sons, una firma de 80 años de tradición en Florida, cuya lista de clientes incluye a Ernest Hemingway y al gángster de Chicago, Anthony "Big Tuna" Accardo.
Además, Madoff tuvo dos aviones privados con la firma BLM Air Charter, una compañía registrada en la misma dirección que su fondo Madoff Investment Securities.
De acuerdo con los registros federales de aviación, BLM Air Charter es uno de los siete dueños de un Cessna Citation X con NetJets, la compañía de Berkshire Hathaway que vende porciones de aviones privados.
El segundo avión de BLM Air Charter es un jet de negocios Embraer 2008, co-propiedad de una compañía de Long Island.
Por si fuera poco, los Madoff son dueños de una casa de 9.4 millones de dólares en Palm Beach, Florida, registrada a nombre de Ruth Madoff.
La casa de dos pisos y 8,753 pies cuadrados tiene cinco habitaciones, siete baños y una pileta. La propiedad también incluye un muelle en el Canal Intracostero (Intracoastal Waterway) donde Madoff puede estacionar su yate.
Asimismo, era poosedor de una casa de 3 millones de dólares en Montauk, Nueva York, una aldea de Long Island.
Y cuando se quedaba en su hogar multimillonario de Long Island, Bernard Madoff visitaba a menudo el restaurante especializado en carnes, The Palm, en el Huntting Inn de East Hampton, lugar favorito de los adinerados visitantes neoyorquinos de fin de semana.
El gerente general Tomas Romano dijo que Madoff iba varias veces al mes durante los veranos y por lo general comía con un pequeño grupo de miembros de su familia o amigos.
También recuerda que Madoff se levantaba con frecuencia a saludar a comensales de otras mesas.
"Nunca era demasiado exigente. Era de bajo perfil", dice Romano. "Si el área donde quería sentarse estaba llena, decía, ?Tomas, esperaré'. Y esperaba con paciencia por una mesa", aseguró Romano.