A lo largo de los últimos 20 años, los usos y costumbres se han ido modificando debido al ingreso en la vida diaria de elementos "revolucionarios" como internet o dispositivos tecnológicos de última generación que permiten que cada vez sea más fácil comunicarse con el otro lado del mundo e intercambiar información, música, videos y fotos. Pero ¿pueden estas innovaciones contener o implicar aspectos negativos que generen consecuencias dañinas para la salud?
En principio la respuesta a ambos interrogantes es sí pues mucho se ha dicho sobre los cambios en el paradigma de vida social o personal y sobre todo de trabajo que imponen una rutina cargada de obligaciones que de a poco van relegando a un segundo plano a la vida familiar, el ocio y la actividad física para privilegiar las comidas a las apuradas, el estrés y el sedentarismo.
Las consecuencias
Pasar horas y horas frente a una computadora ya se ha vuelto una costumbre, lo mismo que caminar por la calle con los auriculares del reproductor de MP3 (en menos de 20 años pasamos del obsoleto cassette a estos "miniaparatitos" capaces de almacenar miles de canciones), o bien conducir un vehículo mientras se habla por celular mediante la tecnología "Bluetooth".
También es una característica repetida, sobre todo en las grandes urbes, la colocación de carteles de gran tamaño que contribuyen a generar una sensación de hastío debido a la contaminación visual -y en algunos casos también sonora- que provocan.
"Generación de sordos"
Continuamente los padres se quejan de la desatención de sus hijos adolescentes que por lo general pasan muchas horas encerrados en sus habitaciones escuchando música o jugando a la computadora y la Playstation.
Este fenómeno que se ha visto favorecido -o bien es uno de los iniciadores- de las llamadas "tribus urbanas", tiene su punto máximo de expresión en esa "generación tecno o high tech", compuesta por chicos que no pueden dejar el MP3 o el celular de lado ni siquiera en la escuela.
El peligro de esta conducta -más allá de los aspectos negativos que acarrean el ostracismo y el abandono de la vida en grupo para pasar a esta encerrado e inactivo en una habitación- radica en la posibilidad de provocar daños irreversibles en el oído que pueden, incluso, llevar a la sordera.
De hecho, numerosos especialistas alrededor del mundo han alertado sobre esta problemática remarcando que dentro de 20 años, los que hoy son jóvenes podría conformar una "generación de sordos".
Esto es así porque aunque el oído del ser humano está preparado para soportar ruidos de hasta 90 decibeles, cualquier bar o boliche de esos que cada fin de semana se llenan de jóvenes y no tan jóvenes, sobrepasa notablemente ese límite exponiendo a cada una de las personas presentes a un daño progresivo e irreversible.
"En los más chicos se evidencia una disminución de la audición similar a la que ocurre en la vejez, cuando los neuroepitelios que recubren las capas internas del oído comienzan a deteriorarse. El problema es que esto comienza mucho antes de lo que debería debido principalmente a ruidos de tonalidad aguda que el hombre ha ido generando con sus actividades", especificó a Pro-Salud News el doctor Vicente Diamante, presidente de la Fundación de Otorrinolaringología y director del Centro de Implantes Cocleares Prof. Diamante (CIC).
"Desde ya que la manera en que cada oído se ve afectado depende de cada persona y del uso o abuso que haga de la tecnología pero, en líneas generales y como para guiarnos, si tenemos al lado una persona escuchando música con auriculares y aún así podemos identificar la canción o cuando le hablamos contesta '¿me estás hablando a mi?' o gritando, seguramente estará recibiendo sonidos por encima de los 90 decibeles que menciona como tope la Organización Mundial de la Salud", agregó el doctor Leopoldo Cordero, médico Otorrinolaringólogo, consultor del Hospital de niños Juan P. Garrahan.
Sedentarismo y falta de sueño
Si bien la principal consecuencia que padecen -tanto los adultos como los niños- relacionada al abuso de la computadora, es el aumento de peso que está directamente relacionado con el sedentarismo; también existen otras complicaciones como la falta de sueño, situación que provoca que al día siguiente el cansancio, el mal humor y el desgano sean los protagonistas.
De hecho, una investigación encabezada por la doctora Jodi Mindell del Centro del Sueño del Hospital de Niños de Filadelfia, en los Estados Unidos (EE.UU), estableció que entre el 20 y 25 por ciento de los jóvenes presenta algún tipo de desorden relacionado con el sueño.
Es por eso que, en líneas generales, los especialistas sugieren evitar que los chicos cuenten en sus habitaciones con distracciones como la televisión, la computadora, la playstation u otros dispositivos.
"Aunque no es excluyente y directamente proporcional, hay una relación entre descansar mal y la posibilidad de aumentar de peso, pues durante las horas de la noche si no se duerme bien se alteran los procesos que intervienen en el desarrollo del Síndrome Metabólico", refirió a esta agencia la doctora Susana Gutt, médica especialista en Nutrición, miembro titular de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Soluciones simples
Sin embargo, el uso, abuso o la necesidad de contar con dispositivos tecnológicos no sólo repercute en aspectos de la salud que pueden afectarse a largo plazo, sino también en lo cotidiano.
Un ejemplo de esto son los trastornos o dolores musculares que son moneda corriente y afectan principalmente a la espalda, la cintura y el cuello (por lo general debido a la cantidad de horas que una persona pasa frente a una computadora, la mayoría de las veces en posturas incorrectas), aunque también a las manos.
En este punto, habitualmente los especialistas deben considerar una gran cantidad de casos de inflamaciones en la zona de la muñeca debido a la realización de movimientos repetitivos con la mano, como consecuencia del uso continuo del teclado y el mouse.
Esta afección conocida como Síndrome de Túnel Carpiano (STC) puede prevenirse mediante la utilización de almoadillas y mouse ergonómicos especialmente desarrollados.
"Cualquier mejora en la posición y confort del área del carpo que permita volver a la posición neutral del mismo; así como cualquier aditamento que minimice la fuerza de los dedos logrará menor fricción de los tendones flexores de la mano y como consecuencia, disminuirá la posible inflamación de los mismos. Esto es importante porque la inflamación es lo que produce que el nervio mediano se impacte con el ligamento transverso del carpo ocasionando la aparición de síntomas (hormigueo y disminución de fuerza muscular) en los dedos pulgar, índice y medio así como mitad longitudinal del anular", consignó al ser consultado por Pro-Salud News el doctor Carlos Espejo Guasco, especialista en Medicina del Trabajo y presidente fundador de la Sociedad de Ergonomistas de México, haciendo referencia a la relevancia que tiene el desarrollo de Mc Pad, un nuevo mouse ergonómico que permite prevenir el STC.
"Cuando el STC evoluciona sin tratamiento, la pérdida de la mano puede ser total llegando incluso a la hipotrofia de las masas musculares y deformidad de la misma. Una vez que las molestias comienzan, si los síntomas persisten es recomendable consultar a un especialista en Ortopedia y Traumatología que deberá determinar la posibilidad de una intervención quirúrgica una vez agotadas las intenciones de resolución por la vía terapéutica convencional", concluyó el doctor Espejo Guasco.