Los comandos indios completaron ayer las operaciones para expulsar a los milicianos islamistas del Hotel Taj Mahal en Bombay, dijeron funcionarios, poniendo fin a tres días de ataques en el corazón financiero de la India que dejaron hasta el momento a 195 muertos, según le confirmaron autoridades a la agencia AP.
"El Taj está bajo control", dijo el jefe de policía de Bombay, Hasan Gafoor, a Reuters poco después de que se escucharon intensos tiroteos en el edificio y de que se vieron salir llamas en algunas zonas. Al menos tres milicianos y un soldado murieron, informó el jefe de los comandos del país, Jyoti Krishna Dutten, una conferencia de prensa.
"Nuestras operaciones continuarán hasta que revisemos todas y cada una de las habitaciones y pisos", dijo a una gran multitud de reporteros en las afueras del hotel. El militar sostuvo que el cuerpo que se arrojó por una ventana del primer piso del hotel era de uno de los milicianos.
No hubo noticias sobre el destino de los rehenes o de los huéspedes que permanecen en el hotel o podrían estar atrapados. Se mostraron imágenes de perros rastreadores que eran llevados al hotel y de ambulancias que llegaban al lugar.
Algunos comandos dejaron las posiciones que habían mantenido en torno al hotel de 105 años, mientras policías se mantenían en los alrededores, sonriendo y relajados. El Taj Mahal era el último campo de batalla después de tres días de intensos combates en varias partes de la ciudad de 18 millones de habitantes. Antes de las cuatro muertes del sábado, la policía había dicho que al menos 144 personas habían muerto en los ataques.