Harriet Worobey, nutricionista infantil y directora del Preescolar de Ciencias Nutricionales de la Universidad Rutgers de New Brunswick, Nueva Jersey, explicó que muchos padres se sienten atemorizados cuando sus hijos se encaprichan con no comer tal o cual alimento, por lo que "piensan que su trabajo es lograr que sus hijos coman algo. Pero en realidad su trabajo consiste en servirles una variedad de alimentos sanos".
Así, señaló una serie de errores, seis para ser más claros, que comenten muchas veces a la hora de darle de comer a sus hijos.
El primero de ellos es no permitir que los niños ingresen a la cocina, por miedo a que se lastimen con los instrumentos. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Columbia reveló que aquellos menores de edad que ayudan a cocinar sus alimentos son más propensos a llevárselos a la boca.
Otro, en este caso el segundo, es esconder las cosas deliciosas de los niños para evitar que coman demasiado, lo que provoca que se las pretenda más aún. Por ende, el consejo que se les da a los padres es, directamente, no llevarlas a su casa.
El tercer error es presionarlos para que prueben todo tipo de alimentos, ya que los menores de edad reaccionan a la inversa y, finalmente, no quieren comerlos, aunque haya una recompensa posterior.
A continuación aparece el cuarto: servir verduras aburridas. Por esto debe entenderse verduras hervidas sin otro agregado, lo que provoca que los niños no quieran comerlas. El consejo entonces es "adornar" las verduras.
La quinta falta es someterse a régimen delante de los niños, quienes tienden a imitar a los padres (léase: si los padres prueban muchos alimentos, los hijos harán lo mismo).
Finalmente, el sexto error es abandonar la lucha para los chicos prueben de todo. Por ende, hay que seguir preparando alimentos sanos y presentándolos en las comidas, publicó el diario Clarín.