mujeres acróbatas, músicos, el goleador de todos los tiempos José Sanfilippo, el actor Viggo Mortensen y la historia de San Lorenzo de Almagro repasada a viva emoción formaron parte de la fiesta del centenario de los azulgranas, que se realizó en el Nuevo Gasómetro ante 40 mil conmovidos testigos.
Todo comenzó con
, donde descendieron para recibir una ovación, una de las tantas de las que acompañaron la noche inolvidable del pueblo sanlorencista.
y le dio la bienvenida a la parcialidad santa.
A partir de entonces,
, las camisetas a lo largo de la historia, los campeonatos en el amateurismo y el profesionalismo, como así también equipos inolvidables como el de los Carasucias y los Matadores,
.
, el máximo artillero del Ciclón,
, adaptable a cualquier época.
Entre los videos se intercalaron
, quien confesó que se enamoró de los colores desde la época de los legendarios Narciso Doval, Roberto Telch, Fernando Areán, Héctor Veira y Victorio Casá.
Así se festejó, en ese predio de los trifinios límites del Bajo Flores, Soldati y Pompeya,
.
Es que San Lorenzo nació en Almagro, en la calle México al 4.000 de la bondadosa gestión del
, pero se hizo y se siente de Boedo, puntualmente de la Avenida La Plata, con frente al bar esquinero de calle Avelino Díaz.
En sus mesas suelen sentarse parroquianos de corazón exclusivamente azulgrana y mirar hacia enfrente, les duele ver un imponente hipermercado y no los antiguos tablones del Viejo Gasómetro, cuyas astillas duermen como trofeos en el ropero de alguna pieza de bohemio.
El sueño de dejar el peregrinaje y tener su nuevo estadio se hizo realidad, pero todavía no es completa la felicidad. Quieren volver a Avenida La Plata y así lo dejó sentado el presidente
en un diálogo con
.
, como los que tuvo al ganar una de las primeras giras de equipo argentino en Europa, de mostrar el futbol aterciopelado que le dio
,
y
, que hoy se enarbola como un ejemplo artístico de este deporte.
,
,
,
,
,
, marcaron a fuego las décadas del 60 y 70, y luego el bicampeonto del 72.
, que acompañó al equipo, la misma que un año después revoleaba remeras ante el penal, esta vez sí adentro, de
. Eran tiempos de vuelta al fútbol grande pero aún la cosa estaba incompleta. Seguía errante.
Hasta que llegó la casa propia, en Cruz y Perito Moreno. Festejos por cierto. Allí San Lorenzo volvió a sentirse campeón con
(aunque el partido fue en Rosario) y con el chileno
.
Pero los hinchas aseguran que falta bohemia, que es uno de los sueños de volver a Boedo, como dice la canción de aliento. El otro es el de la Copa Libertadores, pegar el salto virgen del festejo continental. En eso está.