El Centro de Estudios Especialista en Trastornos de Ansiedad (CEETA) demostró que los accidentes graves pueden activar en los protagonistas o en quienes los presencian trastornos que surgen por estrés postraumático como insomnio, falta de memoria y desapego afectivo.
"Este tipo de trastorno surge tras un cuadro traumático, donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad psicofísica", explicó la psicóloga especialista en el tema y directora del CEETA, Gabriela Martínez Castro.
Entre los síntomas más comunes los expertos encontraron que las personas padecen temor, desesperanza y horror intenso, y en el caso de los niños "puede haber un comportamiento desestructurado o agitado", reportó el informe.
Según los especialistas, las personas afectadas reviven los hechos ocurridos y se comportan como si volviera el tiempo atrás, y lo importante es tener en cuenta que los síntomas no necesariamente son inmediatos, sino que pueden aparecer incluso hasta seis mes después.
Martínez Castro indicó que, incluso, las víctimas evitan constantemente exponerse a estímulos asociados al episodio vivido, ya no se relacionan afectivamente como solían hacerlo y se mantienen en estado de anestesia, ajenos y desinteresados de las actividades cotidianas.
También, la especialista señaló que tienen incapacidad para recordar episodios del trauma, sienten que su futuro es desolador, tiene dificultades para conciliar o mantener el sueño, están irritables o con ataques de ira, así como pierden la concentración y la memoria, y se asustan fácilmente.
"Todos estos trastornos se recuperan con un tratamiento breve y específico de terapia cognitivo-conductual (TCC) y la posible aplicación de medicación, en caso de ser necesario", explicó la psicóloga al decir que es necesario tener en cuenta para ello la intensidad, duración y proximidad del trauma sufrido.