Desde que asumió la Presidencia, se tornó habitual ver a Cristina Kirchner posando para la prensa con gorras, boinas y cascos de trabajadores, representantes gremiales, militares y hasta políticos.
En marzo, la Jefe de Estado participó de un encuentro organizado por la Federación Nacional de Camioneros en el que posó sobre el escenario principal con la gorra que identifica a los esos gremialistas. (Ver fotos relacionadas)
Aunque es sabido que la Jefe de Estado posee un gran manejo de su imagen política, para los especialistas esta actitud podría entrañar un riesgo.
Al respecto, la condesa Eugenia de Chikoff explicó a Infobae.com que, según los protocolos, un sombrero siempre mejora la imagen de una dama que se presenta ante el público.
"Las boinas son perfectas, porque hacen que no se le vea el flequillo y resaltan su muy linda frente", destacó la especialista y aclaró que "es importante que la mandataria siempre tenga la mirada libre".
Sin embargo, la condesa criticó con dureza el uso de la boina de color rojo y consideró que un presidente argentino nunca debería ponerse un sombrero así "porque es el que usa (Hugo) Chávez" de Venezuela. "Hacerlo provocaría confusión", explicó.
"Aplaudo que use boinas y sombreros, pero los colores hay que pensarlos para ver qué significa al nivel internacional -agregó-. Una mandataria debe limitar eso para no tener conflictos, porque de una pavada puede salir un elefante y no se puede olvidar que nos representa".
La Presidente debe limitar el uso del casco sólo como medida de seguridad para recorrer obras o lugares de riesgo.
En tal sentido, la condesa explicó que "los trabajadores que usan casco, generalmente, representan a los sectores más sacrificados. Entonces, si la Presidente decide usarlo para fotografiarse con ellos, es una manera de seducirlos, mostrando que es una más del grupo, y de cautivar la simpatía de estos hombres recios".