Bomberos de la Policía Federal continuaban hoy con el combate del incendio que comenzó el lunes en un depósito clandestino de cotillón, en el barrio porteño de Once, luego de que las llamas se reavivaran esta noche dentro del edificio.
Una dotación de bomberos seguía trabajando esta mañana con una hidroelevadora para extinguir los últimos focos de fuego en el edificio del barrio de Once, que comenzó a quemarse hace ya más de 40 horas.
En tanto, los bomberos autorizaron a los vecinos del edificio lindero a volver a sus departamentos, pero sólo para retirar pertenencias, ya que se estimaba que faltarán algunos días antes de que puedan retornar a sus hogares definitivamente.
Se indicó que todavía había pequeños focos ígneos en los pisos primero y cuarto del inmueble de la calle Lavalle al 2200.
Al menos 80 bomberos trabajaron durante todo el martes en las tareas de extinción del incendio que provocó afecciones respiratorias a 56 personas.
El trabajo del personal se prolongó, en forma ininterrumpida, debido a que recién al mediodía de ayer se pudo ingresar al inmueble para la extinción de los focos, por los riesgos de un colapso total y derrumbe.
Pero pasadas las 22, el fuego se reavivó en uno de los pisos del edificio ubicado en Lavalle al 2.200, por lo cual la guardia de bomberos debió reforzar sus labores.
El responsable del operativo, Omar Bravo, jefe de la zona primera de Protección Urbana de Bomberos, confirmó a DyN que "el 85% del incendio pudo ser dominado".
El uniformado aclaró que el siniestro demoró en ser sofocado porque "es atípico, debido a que el fuego que comenzó ayer generó gran temperatura en todos los pisos simultáneamente y provocó riesgos en la estructura, por lo que se priorizó la integridad física del personal de bomberos".
Las precisiones se produjeron poco después de que el jefe de gobierno, Mauricio Macri, visitara la zona afectada, a casi 24 horas de trabajo intenso de bomberos y de que cientos de vecinos del barrio fueran evacuados.
En el lugar, Macri confirmó que el depósito de la empresa "Ciudad Cotillón" no estaba habilitado, ya que tenía permiso sólo para funcionar en dos pisos como negocio comercial y no para acopio en todo el edificio de material muy inflamable.
"Acá nos falta control previo, nos falta que funcionen bien los organismos de control y que los comercios se inscriban", consideró Macri, tras lo cual defendió la tarea del titular de la Agencia de Control Comunal, Federico Young.
Bravo precisó que 15 dotaciones con 80 bomberos cumplieron turnos rotativos para apagar las llamas con equipos especiales, poleas, máscaras de oxígeno, y elementos de complejidad en todas las plantas del edificio, en cuatro de cuyos pisos funcionaba el comercio "Ciudad Cotillón".
Asimismo, durante el día se identificaron los dueños del local, los hermanos Washington y Luis Chema, según dijo su abogado, Ernesto Cesares, quienes comparten con una sociedad la propiedad del edificio.
El abogado admitió en C5N que sólo tenían habilitación la planta baja y el primer piso del edificio, en tanto los otros tres que eran utilizados por los dueños estaban a la espera de autorización para funcionar.
Cesares negó que los pisos segundo, tercero y cuarto -este último donde comenzó el fuego- fueran "depósitos", pero los bomberos confirmaron oficialmente que una vez que ingresaron a esas plantas se encontraron con gran cantidad de mercadería altamente combustible, en material plástico y papel.
Desde ayer minutos después de las 15, cuando por causas que se desconocen empezó el fuego en el cuarto piso de Lavalle 2257, fueron asistidas 56 personas con principios de asfixia y lesiones, de las cuales sólo el bombero Claudio Buenahora, quien cayó de 10 metros de altura y se fracturó un brazo, seguía en el hospital Churruca, pero fuera de peligro.
El titular del SAME, Alberto Crescenti, confirmó que los asistidos mientras el sistema de salud estuvo en "alerta rojo" volvieron a sus casas y que se bajó el alerta a "amarillo", pese a que había unas quince ambulancias en el lugar por prevención.
La Policía Federal mantuvo todo el día cerrado el tránsito en la zona delimitada por las calles Tucumán, Corrientes, Riobamba y Larrea, para trabajar con comodidad.
El director de Emergencias del gobierno porteño, Claudio Passcali, aclaró que recién cuando se terminasen de apagar los últimos focos de fuego ingresarían peritos para analizar los daños estructurales.
También dijo que se elaborarán informes técnicos que se pondrán a disposición de los vecinos del edificio incendiado, en caso que quisieran iniciar demandas por daños en su contra.