Tangalanga, reconocido hasta por la prensa de los EEUU

The Wall Street Journal escribió un articulo sobre el humorista argentino y acompaño al cómico en el festejo de cumpleaños. El homenajeado divirtió a sus 700 invitados con sus clásicas llamadas

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Alrededor de 700 personas se reunieron en un club nocturno para festejar el cumpleaños 91 de Julio de Rizio, el famoso "Doctor Tangalanga". Para la celebración, agasajó a sus invitados con un divertido show de lo que mejor hace: llamados telefónicos en broma.

Un teléfono conectado al sistema de audio y una agenda, fue suficiente para que sus invitados lloraran de la risa.

La primera comunicación la realizó con una tienda abierta 24 horas y preguntó cual era la hora de cierre. ?Pregunto porque voy a robarles a las 3 de la mañana?, le dijo al empleado asustado.

Luego se comunicó con un coleccionista de revistas cómicas y un muchacho que se ofrecía como cantante pop. Logró que le cantara y desafinara.

De Rizio, más conocido como el ?Doctor Tangalanga?, ganó fama y reconocimiento en todas partes de América Latina por hacer travesuras en sus llamadas telefónicas.

Sus devotos lo llaman " el vengador telefónico " ya que suele comunicarse con personajes inescrupulosos o ?chantas? como curanderos, charlatanes de carta de tarot o vendedores que publican sus anuncios.

Pero nadie esta a salvo de recibir un llamado del ?Doctor Tangalanga? ya que se comunicó con un estudiante de medicina que había obtenido algunos restos esqueléticos de un cementerio. Le dijo que aquellos huesos eran de su primo. "¿Podría volver a ponerlos juntos así le puedo llevar algunas flores? ", le preguntó al joven.


De Rizio, quien trabajó de manera anónima durante décadas como un ejecutivo de cuenta en la Compañía Colgate-Palmolive en Argentina, hizo sus primeras llamadas cómicas a principios de los años 1960 para animar a un amigo que se estaba muriendo.

Él comenzó a trabajar con los teléfonos en serio algunos años más tarde cuando él mismo estaba postrado en cama con hepatitis.

Las cintas caseras de las llamadas comenzaron a circularse de manera informal alrededor de Buenos Aires, creándose una serie de adeptos de sus grabaciones.

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