Condenados a perpetua por descuartizar a un financista

Un comerciante y su empleado recibieron la máxima pena por el terrible crimen de un hombre en febrero de 2004 en La Rioja. Tras matarlo con un mazazo en el cráneo lo desmembraron y arrojaron sus restos a un aljibe

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La Cámara Tercera en lo Penal de La Rioja condenó a Alberto Daca y su ex empleado, Ramiro Blanco, por el homicidio calificado por alevosía del prestamista Juan Miguel De Luigi, cuyos restos fueron arrojados en un aljibe en una finca rural donde fueron hallados por la policía.

El tribunal presidido por el juez Roberto Pagotto hizo lugar al pedido del fiscal del caso, Gustavo Zalazar, quien había reclamado la máxima pena para ambos imputados, quienes podrán apelar el fallo dentro de los próximos 10 días ante el Tribunal Superior de Justicia provincial.

Para Zalazar, los acusados son "autores materiales del delito de homicidio calificado por el modo de ejecución (alevosía)", previsto en el inciso segundo del artículo 80 del Código Penal.

Tanto el fiscal como los abogados de la querella y la familia de la víctima se mostraron conformes por el fallo del Tribunal, mientras que los defensores anticiparon que lo analizarán para luego apelarlo.

Del fallo surgió que la justicia no pudo determinar cuál de los dos condenados fue quien causó la muerte del financista y, por tal razón, los consideró como "coautores igualmente responsables".

En febrero de 2004 De Luigi concurrió a la inmobiliaria Bienes Raíces, ubicada en Buenos Aires 284, en pleno centro de la capital santiagueña, y según la requisitoria fiscal de elevación a juicio, fue atendido por Ramiro Blanco, quien lo hizo pasar.

Ya en el interior de la inmobiliaria De Luigi habría esgrimido un revólver calibre 32 y apuntándole a la cabeza a Daca -dueño del comercio- le exigió el pago de una deuda.

Siempre de acuerdo a la requisitoria fiscal, Blanco le habría aplicado una patada de karate y cuando De Luigi cayó al costado de una estufa hogar, Daca o Blanco (se intercambian responsabilidades) le aplicó un mazazo en el cráneo que le provocó la muerte en el acto.

Luego llevaron el cadáver hasta la bañera donde lo seccionaron en 14 partes, que envolvieron en bolsas de consorcio y arrojaron en el fondo de un aljibe en una finca del Paraje San Juan, ubicado sobre la Ruta 5, a 47 kilómetros al este de la capital provincial, donde fue encontrado por el juez y su equipo de investigadores.