Jabalí asesino se come un caballo y ataca a familia

El animal de unos 250 kilos entró enfurecido en una finca mendocina, donde devoró parte del equino, mantuvo en jaque a 12 personas y enfrentó a dos policías que le dispararon varias veces para matarlo

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El hecho se produjo alrededor de las 7 de la mañana del domingo pasado, después de que en la Subcomisaría de Costa de Araujo ingresara un llamado pidiendo ayuda porque un "chancho del monte" había atacado un caballo en la finca Renzi, en la calle Roca de esa localidad.

El animal era de gran tamaño y le impedía salir de la vivienda a la familia que la habita, integrada por 12 personas, ante el peligro que eso representaba.

Inmediatamente llegó un móvil policial conducido por un agente y a cargo de un cabo de la Policía local.

Una vez en el lugar, Anacleto Márquez, empleado de la finca, le indicó al personal policial que el animal se encontraría en la parte de los corrales, ubicados en el costado sur de la casa, según detalló en su edición de hoy el diario Uno de esta ciudad.

Los uniformados se dirigieron hacia el sitio y observaron que no se trataba de un cerdo común, sino de un jabalí con pelaje largo y de color negro, "con grandes colmillos y de aproximadamente unos 250 kilos de peso".

El animal había atacado y eviscerado a un equino que seguía con vida mientras se lo comía, de acuerdo con lo señalado. Al ver que se acercaban personas, las atacó y luego siguió comiendo las entrañas del caballo.

Los efectivos se percataron de la peligrosidad del animal y trataron de hacerle frente, pero el jabalí no se amedrentó y "encaró como para atacarlos nuevamente".

Ante la gravedad del caso, ambos policías sacaron sus armas reglamentarias y efectuaron dos disparos en dirección al animal.

El primer proyectil impactó en el flanco derecho del jabalí, mientras que el segundo lo hizo en el lomo pero rebotó.

El animal herido volvió a la carga contra los policías, quienes se refugiaron para eludir el ataque y le recomendaron a la familia que se quedara dentro de la casa.

Debido a que el jabalí se convertía en un peligro mayor con el correr de los minutos, los efectivos decidieron abatirlo.

Para eso, el cabo Arancibia se ubicó en la caja del móvil que conducía González. Pero el animal atacaba con el hocico al vehículo, mientras seguía comiendo parte del caballo.

La familia le pidió a los policías que mataran al jabalí porque temía que atacara a los niños. Entonces, el cabo Arancibia efectuó unos cinco disparos a corta distancia que impactaron de lleno en el animal.

"Los proyectiles rebotaron otra vez y no lograron el efecto deseado. Le volvieron a disparar y le lesionaron una pata delantera. Sólo entonces cayó al suelo. Supuestamente se encontraba imposibilitado de caminar, por lo que los efectivos descendieron de la movilidad para acercarse y terminar con su vida", se indicó en el diario mendocino.

De pronto, el jabalí se paró y cuando se disponía a atacar a los efectivos policiales, éstos comenzaron a correr por los surcos de un viñedo.

Mientras escapaban, uno de ellos efectuó nuevamente disparos con su arma y recién en ese momento el animal cayó sin vida.