Las mujeres que tienen su primer hijo suelen sentir que fueron "arrancadas de su vida normal". Frente a ellas se presenta un inmenso desafío, el cual deben enfrentar prácticamente solas.
Según un sondeo realizado en Gran Bretaña, el primer año del bebé es el más solitario para las madres. La mayoría ya no tiene a sus familias cerca y sus amigos no logran brindarles la contención que buscan. Además, los maridos suelen dejarlas solas por horas para ir a trabajar.
Lo que debería ser el momento más tierno de la vida de una madre, puede convertirse en una pesadilla cuando la tensión aumenta y no hay ayuda cerca. Sólo el 7% de las encuestadas aún vive en la misma ciudad que su madre y sólo el 10% tiene contacto con sus vecinos.
"Dejar el trabajo para tener un hijo requiere de un enorme ajuste psicológico y emocional", explicó la editora de la revista Mother and Baby, Elena Dalrymple. La publicación realizó un sondeo con dos mil mujeres.
"Los amigos sin hijos huyen, los abuelos viven a miles de kilómetros de distancia, con los vecinos no hay trato y las madres con las que te encontrás en los locales no son de tu tipo. El grupo de conexiones que conocías se redujo a la mitad", destacó la experta.
Según el diario Daily Mail, un tercio de las encuestadas se sienten con ganas de llorar todo el tiempo y el 20% no tiene con quien hablar.
Mientras la mujer lucha contra sus fantasmas y se ocupa del cuidado del bebe, los padres están afuera. Ellos pueden mantener una vida relativamente normal y sólo las acompañan por las noches.
Un cuarto de las encuestadas siente que su relación se fue en picada desde el nacimiento. Sólo el 19% ve renovado su amor.
