La Federación Internacional de Rugby (IRB) indicó este martes que apoyaba plenamente a Wayne Barnes, árbitro del partido de cuartos de final Nueva Zelanda-Francia, que habría recibido amenazas de muerte por internet de hinchas de los All Blacks, después del encuentro del sábado.
Barnes sacó una tarjeta amarilla al centro neocelandés Luke McAlister en un momento clave del encuentro (minuto 46), antes de olvidarse de señalar un pase hacia delante en el segundo try francés, sinónimo de clasificación de los Bleus.
El árbitro inglés habría sido insultado y habría recibido incluso amenazas de muerte a través de internet, provocando una reacción de indignación del presidente del comité de árbitros de la IRB, Paddy OBrien, también neocelandés.
"Creo que es una vergüenza y que la gente debe madurar", explicó OBrien en la emisora BBC Radio 5live. "La derrota de Nueva Zelanda no se debió únicamente a un pase forward. El pase fue hacia adelante, pero eso forma parte del arbitraje en el rugby", comentó.
"Estoy muy orgulloso de ser Kiwi (...) pero eso no cambia mi opinión. El deporte es ganar o perder, y Nueva Zelanda perdió, así es la vida", agregó.
Barnes, de 28 años, no arbitrará más partidos en esta Copa del Mundo, pero eso no tiene nada que ver con su actuación del sábado, aseguró OBrien.
"Hablé personalmente con Wayne para felicitarlo por su muy buena actuación", afirmó el responsable. "Hablamos del pase forward, pero él no podía saberlo. Es un juego disputado y arbitrado por humanos. Intentamos ser lo más precisos, y Wayne Barnes es la estrella más brillante de la que disponemos", concluyó.