pasó a la historia como la obra más importante de Leonardo Da Vinci, quien supo como nadie plasmar la afirmación de Jesús de Nazaret: "
".
Cuenta la historia que la obra -mide 460 centímetros de alto y 880 centímetros de ancho- le fue encomendada al genio italiano para el
, en Milán.
Pronto el pedido que hiciera "
", el
, se convirtió en un impresionante mural ejecutado en temple, alabado por ser una
.
Desde finales de
, cuando se cree que Da Vinci hubo finalizado la pintura, los admiradores del artista renacentista no sólo se encargaron de admirar su obra, sino también
, ya que
.
Se hicieron varios intentos para restaurarla, y
se inició un programa con el uso de tecnologías modernas que
.
Más allá de las idas y venidas para mantenerla intacta,
de los más variados ámbitos se encargaron a lo largo de los años de
.
Así,
se convirtió en una representación de los personajes de la
,
, o del eterno
.
Otras veces, los
tomaron la forma de legos y hasta de zombies.
Cualquier agasajo es válido para que la obra de Da Vinci no quede en el olvido.