La última serie de ejecuciones se produjo luego del ahorcamiento de al menos 16 criminales convictos el mes pasado en el estado islámico, que según Amnistía Internacional tiene uno de los índices más altos de ejecuciones en el mundo y sigue en aumento.
"La implementación de la justicia equivale a mejorar la seguridad", decía un cartel en las horcas sobre cinco cuerpos que colgaban en la ciudad de Mashhad, en el noreste, según mostraron imágenes de la televisión.
Dos criminales convictos fueron ejecutados en otro lugar de Mashhad, mientras otros dos fueron ahorcados en una provincia del sudeste.
La policía ha detenido a decenas de drogadictos, contrabandistas, violadores y asesinos durante un operativo de verano contra el crimen y la "conducta inmoral."
El fiscal público de Teherán, Saeed Mortazavi, dijo a fines del mes pasado que más de 17 criminales serían ahorcados pronto. No quedó claro si esto incluía a los ejecutados del miércoles.
El asesinato, violación, adulterio, robo armado, apostasía y tráfico de drogas son todos crímenes que se castigan con la pena de muerte bajo la Sharia o ley islámica de Irán, que se impuso a partir de la revolución de 1979.
El número de ejecuciones se duplicó a al menos 177 el año pasado, según Amnistía Internacional. Desde el comienzo del 2007, al menos 124 personas fueron ejecutadas. Grupos de derechos humanos occidentales han pedido a Irán que elimine la pena de muerte.