La casa que ahorra hasta un 70% en el uso de la energía

Es una vivienda argentina que aprovecha el sol en su máxima potencia y se ha convertido este viernes en un proyecto pionero de la utilización de la energía renovable. Construida en 1978, es el primer hogar solar del país

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El arquitecto Enrico Tedeschi es el mentor del proyecto, y construyó la casa sobre la calle Juncal, en Godoy Cruz, Mendoza, donde ahora vive Jorge Fernández, un investigador del Cricyt que asegura que nutrirse de energía solar permite un ahorro de hasta el 70% en calefacción e iluminación.

El gran secreto que la vivienda encierra para un mejor aprovechamiento de este tipo de energía es su orientación. Hacia el norte deben apuntar los sectores más habitados de la casa, o sea el living y los dormitorios, en tanto la cocina y los baños pueden hacerlo hacia el sur.

La energía solar en forma de calor que penetra en una vivienda a través de un vidrio tiene que ser atrapada o almacenada, regulada y distribuida a lo largo del día y la noche para mantener una temperatura constante. La diferencia básica entre la calefacción tradicional de una casa común y una solar es que esta última calienta las paredes y no el aire.

Pero llegar a esta situación de equilibrio no es fácil porque hay energía que se pierde hacia el exterior a través de los muros, ventanas, puertas y techos que debe contrarrestarse con la que se gana del sol o la que se obtiene por energía convencional como estufas o acondicionadores.

Durante el invierno, para evitar que el calor del interior se pierda o que ingrese el frío exterior se utilizan persianas de madera, que deben cerrarse cuando baja el sol para que la energía quede acumulada en los muros emita calor hacia el interior de la vivienda.

"Una casa solar pasiva necesita de ocupantes activos. Hay que abrir las ventanas y las protecciones nocturnas para que ingrese el sol en el día y cerrarlas de noche. En verano es necesario que el aire fresco circule de sur a norte para enfriarla", según señaló Jorge Fernández, quien se encarga de mantener la construcción en condiciones, a la edición digital de Los Andes, de Mendoza.

"La sensación de frío viene de las paredes, en cambio con el aprovechamiento de la energía solar se calientan las paredes y el piso y esto produce un ambiente agradable y evita la sensación de pesadez. Cuando uno se acostumbra a vivir así no quiere saber nada con cambiarse de casa", aseguró Fernández.