¿Pondría un microchip a su hijo para evitar secuestros?

El caso de Madeleine McCann despertó más consultas en Europa sobre la manera de prevenir este tipo de delitos sobre los menores. Desde chips en la ropa hasta los subcutáneos, una forma de conocer dónde están los pequeños

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La tecnología hace posible que cada vez más la realidad se acerque y hasta supere a la ficción. Tal es el caso de los microchips que algunos padres deciden hacer colocar a sus hijos más pequeños para tener una certeza del lugar donde se encuentran.
 
El secuestro de Madeleine McCann revitalizó una renovada cuestión moral sobre si es aceptable conocer a toda hora dónde y cómo se encuentran los más chicos de la familia, con un control casi total de su vida.
 
Connect Software es una empresa dedicada al control de niños e instala en celulares, baberos, gorros y ropa pequeños dispositivos de rastreo remoto.
 
Otra de las compañías, Globalpoint Technologies, ofrece un servicio que mezcla el sistema de los celulares y el rastreo satelital GPS. Esto permite conocer con exactitud dónde se encuentra su hijo a cada momento.

Sin embargo, los delincuentes ya estarían avisados sobre este tipo de tecnología, y con sólo deshacerse de la ropa o los objetos electrónicos que tengan los pequeños, ya nadie podría localizarlos.
 
En tal sentido, en la Universidad de Reading se trabajó durante años en la idea de colocar un microchip subcutáneo. De hecho, inició un experimento con una pequeña de 11. "El proyecto generó muchas críticas por la pérdida de intimidad que parecía implicar. Estas son cuestiones éticas que, como científico, uno tiene siempre que tener en cuenta", indicó Ken Warwick, líder del proyecto.
 
El científico probó el microchip en su cuerpo y negó que tuviera algún efecto negativo. El dispositivo envía ondas a una computadora que "traduce" en un mapa el lugar exacto donde se encuentra.