Leonardo Favio: "Hay que tener dignidad para morir"

El artista se reconoció como una persona religiosa y afirmó que eso se plasma en sus películas. Sus miedos y su visión sobre la vida y la muerte. Y el ejemplo de Juan Pablo II al mostrar que "la muerte es maravillosa"

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En la extensa entrevista con

Infobae.com

, Leonardo Favio no sólo se dedicó a hablar de films, autores y actores, sino que también avanzó sobre temas universales de una inmensa profundidad. Sus definiciones no son estruendosas; se presentan como ápices de una larga meditación.


 

¿Cree en Dios?

Si no creo, pierdo? es tan evidente? Además, más vale creer que no creer, porque mirá si existe? Creo profundamente en Dios. Sé que voy a morir y que Dios existe. Cada uno le da el nombre que quiere, lo cobija como quiere, a veces es múltiple, a veces es uno solo. Los griegos tenían un templo que era ?a ese dios desconocido?.


 

"Si lo buscás (a Dios) con la razón, perdiste; tenés que entregarte y punto. Nunca vamos a saber cómo se inició el universo: ése es Dios, el misterio. Dios creó todo lo que ves, todo lo que sentís, todo lo que palpitás; Dios es la totalidad. Busco ponerme en conexión con Cristo, me quedo en silencio, en soledad; y si no lo logro, me angustio mucho, quedo como desguarnecido, como un huérfano"

, consideró.



"Es tal el misterio y tal la grandeza de ese misterio que cómo voy a tener dudas de que no piensa por instante en mí si es capaz de crear todo lo que creó. Pero me es mucho más accesible pensar en Cristo, en el Sermón de la Montaña", continuó Favio.



En sus películas se ve esa intención de ?trascendencia? , en sus personajes?

Sin ninguna duda. Pero no porque yo me lo proponga, sino que es una cosa innata, algo que brota, porque uno hace lo que es. Entonces, mis personajes, de alguna manera, son lo que soy yo. Mis personajes toman lo mío o yo les doy lo mío, pero sin que me lo proponga.


Sobre todo, esa necesidad de trascendencia se da en la estética. Yo, de pibito, cuando me llevaban a la iglesia, me quedaba impactado con las imágenes y con la ?puesta en escena? de la misa. Todo sacerdote, de cualquier religión, realiza una puesta en escena para lograr la emoción, para penetrar en los fieles.

Está todo pensado: el movimiento, los gestos. Y los curas son como los actores: buenos o malos. El cura tiene que ser un excelente actor, y lo digo en el mejor sentido de la palabra.


 

La visión sobre el Papa Juan Pablo II

"Uno de los más grandes actores que ha dado la humanidad fue el Papa Juan Pablo II, que además fue actor y director y autor de teatro. Su voz era actoral, su final, un final trágico, que fue pensado para que fuera didáctico y quedara en la memoria de la gente, porque hasta los santos son vanidosos: ?Me estoy muriendo, no tengo voz ya; pero que me asomen a la ventana, yo haré el esfuerzo y ese ronquido que pueda emitir será didáctico?. Ese anciano fue un ejemplo, como Cristo", es la reflexión que muestra a un Favio inesperado y originalmente sutil.


 

De todas maneras, el artista destaca que en el fallecido Santo Padre "la cosa gestual que tuvo para ir al palco a dar la última bendición fue obviamente por amor a la gente y para dar un mensaje: ?La muerte es maravillosa, el ser humano es maravilloso hasta el momento en que se va. Y hay que tener dignidad para hacerlo?.



"En Gatica, cuando está Perón con Gatica y dice ?dos potencias se saludan?, ahí yo hice una puesta en escena que tiene mucho que ver con lo litúrgico. Incluso, en la última pelea de Gatica usé hasta cantos gregorianos, es decir, es algo profundamente católico, como una misa. Gatica era un poco el sacrificio de los crucificados"

, concluyó.


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