Inmaculada pudo morir

La mujer española de 51 años que padecía distrofia muscular progresiva murió luego de que le retiraran la unidad de ventilación mecánica que la mantenía "artificialmente con vida" 

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 EFE 162
EFE 162

Una mujer española afectada de distrofia muscular, cuyo caso provocó un debate nacional sobre la eutanasia, pudo finalmente morir, como deseaba, después que los médicos desconectaron el respirador que la mantenía con vida.

Inmaculada Echevarría, de 51 años y oriunda de la ciudad sureña de Granada, hizo valer el derecho de poner fin a su vida bajo una ley que permite rechazar todo tratamiento.

Echevarría murió a las 21 (2000 GMT) del miércoles al desconectarse los aparatos que la mantenían con vida, dijo el departamento regional de Andalucía. Previamente había sido transferida a un hospital estatal para cumplir su deseo después de ser tratada en una institución católica, que había sido criticada por obispos españoles.

Echevarría, enferma de distrofia muscular progresiva desde los 11 años, había pasado los últimos 20 años de su vida en una cama de hospital y los últimos 10 conectada a un respirador artificial.

El año pasado dijo que su vida no tenía significado y deseaba que le ayudaran a morir.

La prensa empezó a prestarle atención cuando empezó a promover el derecho de los que padecen enfermedades incurables de solicitar ayuda para morir. La eutanasia es ilegal en España, y ayudar a alguien a morir se pena con por lo menos seis meses de prisión.

La película ganadora "Mar adentro", ganadora del Oscar, sobre la vida y muerte de Ramón Sampedro, un parapléjico que hizo campaña por la eutanasia, reanimó el debate hace tres años.

Sampedro pasó 30 años en la cama y murió en 1998 al beber agua con cianuro. Para ello, elaboró un plan por el cual sus amigos prepararon y le suministraron el veneno en pequeños pasos, para que ninguno pudiera ser inculpado.

En principio no se anunciaron los planes para el funeral de Echevarría, a quien sobrevive un hijo.