Svetlana Boguinskaya fue una de las más grandes gimnastas que dio la historia de esta disciplina deportiva. Más conocida como ?La diosa de la gimnasia? o ?El cisne bielorruso?, tuvo una vida muy interesante, pero también dramática.
Esta atleta, nacida el 9 de febrero de 1973 en Minsk, se destacó en un deporte rodeado de suspicacias, dudas y exigencias.
Svetlana comenzó a practicar gimnasia cuando tenía sólo ocho años. Dos años más tarde tuvo que irse de su casa para entrenar en un centro de alta tecnología. Ese momento la marcó en demasía, pero sabía que debía hacerlo para llegar alto.
A los 14, empezó a formar parte del equipo nacional soviético y rápidamente se hizo conocida en todo el mundo por su particular estilo a la hora de realizar sus rutinas.
Llegó a competir en tres Juegos Olímpicos con la particularidad de que lo hizo representando a tres naciones distintas. En 1988 con la URSS, en 1992 con el equipo unificado de la temporaria Comunidad de Estados Independientes y en 1996 para Bielorrusia.
Ganó tres medallas de oro en sus incursiones olímpicas. Pero luego de los Juegos de Atlanta sufrió un golpe que nunca superaría. Tres días después de la competencia, su entrenadora, Lyobov Miromanova, la persona que la llevó a la gloria, se suicidó.
Los logros siguieron, pero la vida de Svetlana Boguinskaya nunca volvió a ser igual. Por eso llegó el retiro de la actividad deportiva.
Hoy, es considerada una de las cuatro mujeres más importantes en la historia olímpica de la gimnasia y el año pasado fue nominada para formar parte del célebre Salón de la Fama de este deporte.
