La historia del hombre que "sopla y hace botellas"

Lleva 40 años desafiando al dicho popular. Hijo del fundador de la primera cooperativa de trabajadores del vidrio de la Argentina, enseña hoy su técnica. A Infobae.com le contó cómo hacer vidrio

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Ezpeleta, provincia de Buenos Aires. Este es el lugar que muchos señalan como uno de los pocos donde aún es posible encontrar a sopladores de vidrio profesionales y con historia: es que allí se encuentra la que fue primera cooperativa de trabajadores del vidrio que tuvo el país.

Se trata de ?El Progreso?, una fábrica creada en los 40 que nuclea a 200 socios y en la que invierte todo su esfuerzo Raúl Macsul, de 53 años, hijo de uno de sus fundadores y de los pocos que hoy, en la Argentina, enseña el curioso arte de hacer vidrio y de soplarlo.

Infobae.com visitó a este hombre que se inició en el arte del modelado de vidrio con aire cuando apenas tenía 14. ?Mi papá me dijo ?o estudiás o trabajás?. Elegí trabajar con el vidrio porque esto lo llevo en el alma y siempre lo supe?, contó.

Lo que le fascina a Macsul de su arte, es que al soplar vidrio el material no se domina fácil y ?siempre toma el movimiento que quiere, distinto a lo que uno se imaginó?.

Y pese a que el vidrio es un material que abunda en casas y oficinas, -sin ir más lejos, compone la pantalla misma en la que se está leyendo este artículo- pocos saben cómo se fabrica.

Por eso se preguntó a Macsul cuál es la mejor fórmula. ?En la elaboración del vidrio sus componentes influyen en la calidad y transparencia. Algunos de esos productos son cuarzo, soda cáustica, bicarbonato de sodio y un mínimo de rotura?.

Estas materias primas se muelen, se pasan por una mezcladora y se llevan a un horno a 1400 grados centígrados. ?El fuego funde el vidrio y la materia prima adquiere la consistencia de un almíbar que gana cuerpo cuando pierde calor?, dijo Macsul.

El color del vidrio se logra al combinar esta sustancia caliente con otro vidrio derretido.

Por otra parte, el soplado se hace con una caña, tomando parte de esta materia de fundición que sale hiper hervida del horno.

?Es un fierro del tamaño de un palo de escoba, que tiene un agujero de punta a punta y en una de ellas, forma de boquilla, por donde se sopla y se da forma a la materia?, aseguró.

Con esta misma técnica es que se hace una botella artesanal. ?El soplador trabaja en la caña modelando el vidrio y dándole la forma que lleva el molde antes de introducirlo en él. Una vez logrado esto, se lo incorpora siempre caliente, al molde y lo va soplando en forma giratoria. Al llenar el molde, se deja de soplar y ahí se obtiene la botella?, destacó.

Riesgos

Para soplar y hacer una botella, ?la concentración es fundamental porque se trabaja con fuego a alta temperatura. Se debe trabajar con protección de los ojos?.

No obstante, según Macsul, ?cualquiera, a cualquier edad puede aprender a soplar vidrio. Ya en la primera clase, puede modelar una gota de vidrio. Luego, se trabajan objetos más complejos y se practican ejercicios de elongación, porque el secreto está en las manos, que son la herramienta?.

Para este artesano, soplar vidrio permite ?sacar de adentro cosas que ni se conocen de uno mismo?. Macsul lo resume como ?la mejor terapia que le puede pasar a una persona?.

Y, aunque el dicho popular advierte que ?soplar no es hacer botellas?, quien lo combate con éxito asegura que cualquiera que así se lo proponga puede desafiar esa máxima sin demasiado esfuerzo.