La tremenda muerte de "el cazador de cocodrilos"

Steve Irwin falleció tras ser atacado por una raya a la altura del corazón, mientras buceaba para realizar un documental. El periodista Oscar Aguilar, que vive en Australia, aseguró que el animal le hizo "un agujero" en el pecho

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El "cazador de cocodrilos" y estrella de la televisión Steve Irwin murió ayer a consecuencia de la picadura de una raya de aguijón cuando buceaba durante el rodaje de un documental sobre este animal, informó la radio australiana "ABC".

El actor y naturalista australiano estaba buceando cerca de Cairns, en Low Isles (costa nororiental de Australia), cuando ocurrió el accidente.

El aguijón de la raya se le clavó en el pecho y, al parecer, llegó hasta el corazón, por lo que murió casi en el acto, pese a que el veneno de las rayas no suele ser mortal para los humanos.

"Fue una muerte instantánea. Había un médico en el grupo de filmación pero nada pudo hacer", relató en

el periodista Oscar Aguilar.

"Sabía de qué se trataba. El se crió en el área, entre bichos", continuó el periodista. "Siempre luchó por la preservación de las especies".

Irwin, que tenía 44 años, se convirtió en un famoso personaje de televisión en todo el mundo en la década de los 90 gracias a la serie televisiva "Cazador de Cocodrilos". Sus aventuras se ven habitualmente por la cadena de documentales "Animal Planet", que difunde su popular programa.

El famoso australiano había heredado su amor por los reptiles de su padre, Bob Irwin, propietario de una granja de cocodrilos en la Sunshine Coast del estado australiano de Queensland.

Irwin creó controversia en varias ocasiones por sus atrevidas acciones, como darle de comer a un gigantesco cocodrilo cuando llevaba a su bebé recién nacido en brazos.

En otra ocasión, en aguas de la Antártida, el controvertido presentador se acercó mucho a las ballenas cuando les daba de comer, y se deslizó muy cerca de pingüinos y ballenas durante la grabación de otro documental, hechos que fueron criticados y que llevaron al propio primer ministro australiano, John Howard, a tener que defenderlo públicamente.