Dejar de fumar es para muchos una misión imposible. Planteos como ?dejo mañana?; ?fumo el último hoy?; ?sólo el de después de comer? inundan a diario el pensamiento de los fumadores que terminan frustrados por fracasar muchas veces en su plan de abandonar ?el vicio?.
Hace 27 años, surgió en la Argentina un grupo creado por el sociólogo Leonardo Daino y el psiquiatra Juan Sebastián Piterbarg con la idea de promover técnicas para dejar de fumar elaboradas por la Sociedad Americana de Cáncer.
?De ahí se creó el Chau Pucho Club, que se reunía una vez por semana?, recuerda hoy Raquel Fisk, titular de Asociación Sin Pucho, una entidad surgida de aquella primera experiencia. En casi tres décadas de reuniones se estima que alrededor de 150 mil argentinos pasaron por esta experiencia con importante nivel de éxito.
Aunque la metodología se basa en la experiencia grupal (ya sea a través de cursos intensivos pagos, de cursos abiertos gratuitos o de grupos virtuales, a través de Internet), conducida por voluntarios coordinadores, las técnicas pueden relevarse para utilizarlas a modo individual.
Lo más importante es que el método ?no incluye ningún tipo de remedio, ni laser? y su efectividad ?es alta, pero a veces la persona se va y deja. Pero el que inicia y es consecuente, deja de fumar?, dice Fisk aunque también aclara que: ?una cosa es dejar de fumar hoy y otra cosa distinta es sostener el objetivo en el tiempo?.
?Hay gente que ante cualquier cosa, toma un cigarrillo, por eso es tan difícil dejar y por eso, la técnica grupal es más efectiva?, señala.
Lo más importante: esta metodología está basada en la comprensión del fumador. No en su ?castigo? o su ?persecución? con el recuerdo permanente de lo malo del fumar. Lo que se intenta rescatar son las ventajas del ?no fumar?.
¿Cuáles son esas técnicas? Las que se mencionan a continuación forman parte de las aplicadas en los grupos de autoayuda intensivos. Son:
1) En principio, tener la decisión de querer dejar de fumar. También pueden ser otras las motivaciones, como convencerse de que se debe dejar de fumar.
2) Fijar una fecha para dejar, que puede ser generalmente 30-40 días.
3) Elaborar una planilla para marcar cada vez que se fume. Esa planilla debe contener la cuenta diaria de cigarrillos que se fuma, es decir, el número, la hora y el lugar. Además, debe señalarse la actividad que se estaba realizando, los sentimientos que se tienen en ese momento, el grado de importancia de ese cigarrillo (de 1 a 5) y la sensación que se espera obtener con el fumarlo (por ejemplo, evitar el aburrimiento, tener ocupadas las manos). Con esta planilla en general, la cantidad de cigarrillos que se fuman diariamente se reduce con notoriedad, ya que obliga al fumador a pensar en por qué va a fumar cada vez que siente el impulso de hacerlo. A veces, cuando se termina de completar la planilla, el fumador directamente olvida fumar. Es importante leer esta planilla al finalizar cada día para entender la conducta propia como fumador y elaborar estrategias propias que ayuden a dejar de fumar.
4) La planilla debe envolver el paquete de cigarrillos. El objetivo de esto es cambiar la forma del atado (que, morfológicamente son dos triángulos aureos y llaman mucho la atención por sobre el resto de los objetos del ambiente) y no olvidarse de completar la planilla cada vez que se tiene el impulso de fumar.
5) Escribir en un papel las razones por las que se quiere dejar de fumar, para volver a leerlo luego de haber dejado o bien, cuando cueste dejar de fumar compulsivamente.
6) No aceptar ni convidar cigarrillos.
7) Acotar los espacios en los que se fuma generalmente. La idea es identificar la totalidad de espacios y acotarlos a dos espacios por semana. Por ejemplo, si se suele fumar en el living y en la oficina con los compañeros de trabajo, entonces, dejar de fumar en el living y en la oficina, y hacerlo en otros lugares, sin acompañantes, es decir en soledad.
8) Comunicar a todos que se está dejando de fumar y pedir ayuda para que no se le convide ni invite a fumar. Es importante fumar sólo y con cigarrillos propios.
9) Cuando se llega a la fecha cumplida, muchos ya dejaron. Otros todavía no. Lo importante es ?tenerse paciencia, estar en calma, esperarse y permitirse la trasgresión?, indica Fisk.
El problema es que no dejar en la fecha pautada, genera frustración si no se cumple. ?En el curso fijan una fecha. La técnica hace bajar de a poco el nivel de nicotina en sangre, pero el dejar es algo personal?, indicó Fisk quien agregó que ?estas no son recetas sino son ideas que sirvieron a muchos?.
Algo interesante es dejar tan sólo 24 horas, y luego extender el desafío día tras día. Se considera que al cabo de los 3 días, el nivel de nicotina en sangre descendió lo suficiente como para no sentir necesidad, y que, de ahí en adelante sólo incidirían factores psicológicos.
?Una cosa que sirve muchísimo: cada mañana, aparte del dinero de lo que iba a fumar, el fin de semana gástelo en algo que pensó. Sirve también evitar lugares de fumadores como los bares donde, llevar caramelos ácidos, goma de mascar, ingerir 1 litro de agua más por día, puede ser 2 vasos en ayunas?.
Para quienes tienen miedo a engordar por la técnica, hay grupos de autoayuda que se llaman ?chau kilos?. ?Se trata de una actividad complementaria que marca el camino a una mejor calidad de vida para todos aquellos que cambian el cigarrillo por la comida propone poner el cuerpo en movimiento y hacer actividad física?, concluye Fisk.