Cómo nació la "leyenda negra" que pesa sobre el Opus Dei

El éxito de Dan Brown cuestiona en sus páginas y en la película "El Código Da Vinci" a la institución de la Iglesia. Infobae.com buscó los orígenes de las polémicas a un grupo que es como tantas otras congregaciones que hay dentro del catolicismo

Guardar
 Fotonostra 162
Fotonostra 162
 Fotomontaje 162
Fotomontaje 162
  162
162

El estreno de "El Código Da Vinci" en su versión cinematográfica reaviva la polémica sobre el Opus Dei, y esa especie de carga maldita que parece seguir a una orden religiosa de la Iglesia Católica, que siempre se relaciona con un supuesto accionar oscuro, sectario e inescrupuloso.

De alguna manera, la obra más vendida de Dan Brown abona una teoría sobre la cual el Opus Dei se vuelve el principal sospechoso de varios crímenes, para ocultar grandes secretos que derrumbarían a la Iglesia Católica, tal como es en la actualidad.

Ahora, qué hizo el Opus Dei para que su nombre esté "sospechado". ¿Por qué el escritor no eligió a los franciscanos, los jesuitas, o a algún rebelde monje benedictino?

El Opus nació en 1928, en España. Fue fundado por un sacerdote: Josemaría Escrivá de Balaguer y sus principios planteaban que amar el trabajo y hacerlo con dedicación a Dios es parte de la obra salvadora. Aquel que dirija una gran compañía o quien barra las calles bajo la lluvia, si hace su tarea consagrándola a Dios, camina hacia la salvación. Así de sencillo.

El conocido periodista italiano Vittorio Messori (famoso por sus entrevistas a Juan Pablo II) hizo una profunda investigación sobre "la Obra" y durante más de un año se internó en las residencias de esta congregación. En su libro sobre el Opus Dei (Editorial Sudamericana), desmenuza algunas de las causas que favorecieron la "leyenda negra":

- Su nombre, que traducido significa "Obra de Dios" fue visto por algunos sectores como un exceso de soberbia, por lo tanto, sus integrantes se consideran superiores.

- Esta percepción se potenció y rápidamente ubicó a la Obra como una secta de tendencias casi masónicas, cerrada a la inmensa mayoría. Resulta curiosa esta observación, pues a ningún católico se lo acusa de ser "agustino", "benedictino" o "lasallano", pero se lo mira con recelo si "es del Opus".

- En España, algunos medios de comunicación sembraron las primeras sospechas. Bajo la dictadura de Franco en sus más de 35 años, se fueron sucediendo funcionarios. Naturalmente, había sectores que se oponían a las decisiones del gobernante. Entre la innumerable cantidad de colaboradores, Franco contó con profesionales que integraban el Opus Dei. Algunos diarios de la época relacionaron estas convocatorias con los vínculos entre el Opus y el poder de ese momento.

- Los principios de la "Obra" se centran en la tradición de la Iglesia, al decir de estos tiempos, son "conservadores". Desde el Concilio Vaticano II, las reformas de la Iglesia fueron tomadas por algunos sectores como el inicio de un cambio profundo que no fue tal. Así aparecen los sectores denominados "progresistas" que quieren modificaciones sustanciales que incluso contradicen las enseñanzas eclesiales. Una institución que se afirma sobre "la tradición" no puede ser vista con buenos ojos ante los ímpetus de reformas.

Uno de los aspectos que más fuertemente ha marcado la leyenda negra y la imagen sectaria del Opus Dei es que supuestamente es un grupo para "católicos ricos" y no para todos. Del Opus es sólo aquel que tenga poder y dinero, y esa imagen se ha difundido con fuerza. Pero no trascienden las miles de personas que integran la obra, no tienen poder ni dinero y tienen un trabajo sencillo, pero ofrecido a Dios que es finalmente la base del proyecto que fundó Escrivá de Balaguer.

Otro condimento de la teoría es que sus integrantes son todos laicos que se comprometen con un estilo de vida, pero sin dejar sus actividades. A diferencia de otras congregaciones donde se vive la religiosidad consagrándose con los votos de "pobreza, castidad y obediencia", en el Opus hay laicos que siguen desarrollando su trabajo y profesión, pero la viven desde una óptica orientada hacia la Iglesia.

Las leyendas que se tejieron alrededor del Opus Dei provocaron que la congregación sea vista como una institución que se dedica a negociar poder, pensada para el "catolicismo elitista", alejada de los problemas de muchos sectores sociales. Sin embargo, esa supuesta "institución sectaria" tiene sus puertas abiertas para todo aquel que quiera conocerla o sumarse a los más de 80.000 que ya forman parte, donde la gran mayoría son católicos anónimos que no tienen poder ni fortunas.

Guardar