Susana Romero, Beatriz Salomón, Silvia Pérez, Susana Torales y Nancy Herrera, además de conocer la fama de la mano del genial Alberto Olmedo, obtuvieron mayor reconocimiento a través de excitantes tapas en Playboy, la afamada publicación destinada al público masculino que desembarcó, en Argentina, en junio de 1985.
Silvia Pérez fue parte de la erótica revista en julio de 1987 pero luego se alejó de los medios de comunicación y se dedicó a cultivar el alma a través del yoga y otras prácticas espirituales. Ahora realiza El último pasaje, una obra teatral que protagoniza junto a su hija, Julieta Bal, y el actor Alejandro Hodara, bajo la dirección de Rubén Pires.
En agosto de 1987 y febrero de 1989, las portadas fueron pura y exclusivamente para la exuberante Beatriz Salomón, a quien por estos días la vida le ha cambiado en demasía. Se casó con Alberto Ferriols, adoptó dos niñas y cuando creyó que había logrado construir una "familia feliz", como siempre había soñado, una escandalosa cámara oculta, que protagonizó su marido junto a un travesti, destruyó la paz que reinaba en el hogar.
Si bien actualmente pasa sus días dedicada a la pintura y al arte, Susana Romero, recordada cariñosamente como "La negra", fue un icono de los años ochenta y tapa en la edición de febrero de 1986, publicación casi sustentada gracias a una escena de Las esclavas, un film donde mantenía roces lésbicos con Camila Perissé. Casi un año mas tarde, en enero de 1987, sería nuevamente convocada por Playboy.
Bajo la dirección de Hugo Sofovich, el 4 de junio de 1987, se estrenó El manosanta está cargado, uno de los clásicos del cine nacional, comandado por Alberto Olmedo y compañía, entre quienes se encontraba Susana Torales. Previo al estreno de El manosanta, Susana ya había participado en Los bañeros más locos del mundo y Las esclavas. Como era de esperar, trabajando al lado de un grande y con tanta exposición mediática, ella tuvo su lugar en Playboy.
A Nancy Herrera también se la consideró una "chica Olmedo" y fue protagonista de la revista en mayo de 1987. Participó en cuatro películas estelarizadas por Alberto: Los reyes del sablazo, Sálvese quien pueda, Mirame la palomita y Los colimbas al ataque. El romance entre ellos es historia más que conocida, al igual que el trágico encuentro del talentoso actor con la muerte, en un verano marplatense, aquel 5 de marzo de 1988.