Conmoción por el asesinato del bebé italiano secuestrado hace un mes

Tommaso Onofri, de 18 meses, había sido capturado el 2 de marzo. Un detenido confesó que lo mató a golpes porque "no soportaba su llanto" y que lo había secuestrado para pedir dinero al padre. El Papa pidió una oración

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 AP 162
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(EFE).-

El cadáver del pequeño Tommaso Onofri, el niño de 18 meses enfermo de epilepsia que fue secuestrado hace un mes en las cercanías de Parma (norte de Italia), fue hallado ayer en un caserón abandonado después de que su asesino revelara el lugar donde lo había ocultado.



Esta mañana, el papa Benedicto XVI mostró su consternación por la muerte "bárbara" del niño de dieciocho meses Tommaso Onofri, a quienes sus secuestradores mataron "porque lloraba".



"Estamos todos conmocionados por el suceso del pequeño Tommaso, bárbaramente asesinado: recemos por él y por todas las víctimas de la violencia", dijo Joseph Ratzinger a los miles de peregrinos que ayer llenaban la Plaza de San Pedro.



El hallazgo del pequeño cuerpo sin vida se produjo anoche en un caserón cerca de un torrente del río Enza, lugar próximo a donde vivían los padres del Tommaso tras la confesión de Mario Alessio, detenido pocas horas antes.



Alessio, un albañil que había trabajado recientemente en labores de mejora de la casa de la familia Onofri en Casalbaroncolo, fue arrestado junto con su mujer, Antonella Conserva, y otro hombre, Salvatore Raimondi.



Al mismo tiempo que se conoció la trágica resolución de este caso que había atraído la atención de todos los medios de comunicación italianos, la Policía ha dado a conocer algunos detalles sobre la confesión del asesino.



Según esa declaración, Alessio mató al pequeño a golpe de pala porque "no soportaba su llanto".



Alessio dijo también que el móvil del secuestro fue la extorsión, ya que él y sus cómplices tenían previsto pedir al padre del niño que sacara dinero de la caja postal en la que trabaja.



El niño, que en el momento del secuestro tenía 39 grados de fiebre y que debía seguir una medicación debido a la epilepsia que padecía, fue raptado en la casa de sus padres y después llevado por sus secuestradores en un motocicleta.



La conmoción que produjo el caso en la sociedad italiana llevó al papa Benedicto XVI a hacer también un llamamiento para la liberación del niño.



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