EFE.- Esta controvertida abogada, de 53 años, no descarta acceder a la jefatura del Estado y contar con el ex mandatario detenido en Chile en su eventual Gobierno, pese a que los sondeos de intención de voto le otorgan sólo un siete por ciento del respaldo popular.
Es en las elecciones del Congreso donde los "fujimoristas" tiene más posibilidades, al contar con al menos el once por ciento de las intenciones de voto, por lo que Chávez ve factible, desde el Legislativo, "tirar abajo esa maldad de acusaciones" contra Fujimori, quien tras diez años al frente del poder huyó a Japón en 2000 y presentó su dimisión.
Fujimori está detenido en Chile desde noviembre pasado, a la espera de un proceso de extradición, acusado de corrupción y delitos de lesa humanidad cometidos durante su mandato.
La discípula del "Chino", como se conoce a Fujimori en Perú por su origen japonés, está convencida de que tiene más apoyos de los que muestran los sondeos y dice que su alianza es "la única fuerza política que puede hacer frente a las prédicas totalitarias y revisionistas".
Chávez se refería así al nacionalista Ollanta Humala, de Unión por el Perú (UPP) y favorito a ganar las presidenciales, y al ex presidente socialdemócrata Alan García (1985-1990), del Partido Aprista Peruano (PAP) y tercero en los sondeos de intención de voto.
Esta acérrima católica practicante y reconocida miembro del Opus Dei también embistió contra la conservadora Lourdes Flores, de la alianza Unidad Nacional y segunda en los sondeos, al considerar que respaldarla es un "voto perdido".
Con voz pausada, Chávez aseguró que ganará los comicios, "a menos que tengan preparado un fraude", y reveló que Fujimori le ha prometido ayuda como "ministro de Economía, presidente del Consejo de Ministros o ministro de Agronomía".
La representante del "fujimorismo" afirmó que no será "un clon" ni un títere del ex mandatario y que su objetivo es retomar la política interrumpida tras descubrirse la red de corrupción encabezada por el entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos, lo que motivó la renuncia de Fujimori.
Según la heredera del ex mandatario, el escándalo dañó la imagen de su movimiento y "ha permitido que 'seudodemócratas' y 'seudomoralizadores' de esta 'partidocracia' tradicionalmente inepta lleguen a tomar el poder".
Un retorno de los "fujimoristas" permitiría, según Chávez, "un reencuentro central del Estado con el pueblo" y el impulso de la inversión privada y pública, ya que "no tenemos miedo a la presencia del Estado, a condición de que sea eficiente, moderno y pequeño".
Defensora de la pena de muerte y contraria al aborto, Martha Chávez afirmó que su alianza apuesta por la propiedad privada, si "es para todos", y por aprovechar la dinámica de la globalización, pero se opone al "aislamiento y a la lucha de clases".
La candidata, cuya imagen genera cerca de un 20 por ciento de rechazo en las encuestas, abogó por un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, la Unión Europea y el Mercosur, así como una mayor presencia de Perú en la región de Asia-Pacífico.
La que fuera la primera mujer presidenta del Congreso (1995-1996) se niega a definirse como derechista, izquierdista o centrista y alega que, para ella, el "fujimorismo" es una "doctrina pragmática".
Acusada de recibir 20.000 dólares de Montesinos para su campaña en 2000, aunque nunca se encontraron evidencias, Chávez dice que el pueblo asocia correctamente el "fujimorismo" con "autoridad, modernización y pragmatismo".
Por eso, rechazó cualquier otro calificativo, como "neofujimorismo" y especialmente "fuji-montesinismo", un término popular que se asocia a la corrupción del régimen del ex presidente.
Martha Chávez cree que Montesinos fue un buen asesor en materia de seguridad, pero que usó el poder para extender la corrupción en Perú.