La legendaria banda The Rolling Stones reavivó el martes por la noche el eterno romance que mantiene con el público argentino y volvió a desplegar su inoxidable potencia ante las más de 60 mil personas que colmaron las instalaciones del Monumental de Núñez, para rendir tributos a los héroes del rock and roll.
Tras tanta expectativa y por tercera vez en la historia de Sus Majestades Satánicas, alrededor de las 22, salieron al escenario para dar inicio al delirio de los fanáticos que habían colmado las calles de Núñez.
Sin embargo, la fiesta se vio empañada por los incidentes ocurridos en las afueras del predio, debido a la gran cantidad de público que aún no había logrado ingresar al estadio con el show ya comenzado.
Corridas generalizadas, golpes, caída de los vallados, e incluso grupos que se enfrentaron a botellazos a la Policía fueron la nota desafinada de la noche.
Puertas adentro, en un estadio completamente colmado de fanáticos, "Jumpin Jack Flash" fue el tema elegido por los británicos para abrir la ceremonia Stone, que en su versión argentina mezcla devoción y fervor en partes iguales.
La primera guitarra de la banda, Keith Richards, avivó el fuego de su romance particular con el público local, que lo aplaudió fervorosamente durante la presentación de cada uno de los músicos sobre el escenario.
El show contó con un imponente escenario de 60 metros de boca, 30 metros de fondo y 25 metros altura, que además tuvo el ya habitual "B Stage" o escenario secundario, que en esta oportunidad tomó la forma de una "lengua" y se extendió por delante del principal.
Ese escenario comenzó a moverse cerca de las 23, trasladando a las mega estrellas en la dirección del público, para delirio de todos los fanáticos.
Allí arriba, los Rolling deleitaron a los espectadores con el hit "Start me up", e iniciaron el clásico movimiento de revolear sus remeras en círculos por arriba de la cabeza, acto que imitó todo el estadio.
En el escenario también podía verse una enorme pantalla de alta definición de 18 por 12 metros y durante todo el show hubo cuatro torres de sonido que le dieron una gran potencia al concierto.
La iluminación también fue especial ya que hubo 150 luces móviles y aproximadamente 500 convencionales.
Antes del plato fuerte de la noche, la gran multitud que acudió al estadio de River había cantado y vibrado también con tres de las bandas locales más emblemáticas: La 25, Las Pelotas y Los Piojos, que desplegaron sobre el escenario todo el rock and roll vernáculo.
Primero lo hizo La 25, una hora más tarde salieron Las Pelotas y luego apareció una de las bandas más reconocidas del país: Los Piojos.
El legendario grupo compuesto por Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts cuenta con un carisma especial que los hizo perdurar a lo largo de los últimos cuarenta años y esta gira fue una de las más especiales.
La misma se inició el 21 de agosto del año pasado en Boston y durante la gira tocaron en en el entretiempo de la cuadragésima edición del Super Bowl, en Estados Unidos.
Luego realizaron el concierto más espectacular de los últimos años en una playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde acudieron casi dos millones de personas.
En este recital, se anunció el arribo de Jagger y compañía al escenario con unos 400 barcos formados en fila, acomodados a metros de la costa.
Alli la gente encendió fuegos artificiales e hicieron sonar las sirenas dando la bienvenida a los Stones.
La gira de los Rolling Stones continúa el próximo jueves en el estadio de River y culminará a mediados de 2006.