Las claves del River 2006

En poco tiempo, Daniel Passarella le imprimió su sello al equipo. Armó en el medio una dupla como la que alguna vez formaron Astrada y Zapata. Y le saca jugo a un Montenegro que vuelve a ser el de los tiempos Huracán. Once goles en dos partidos y el único "grande" que ganó en el Clausura

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River despliega goles y sonrisas. La semana pasó con dos alegrías para tener en cuenta: un seguro pase en la Copa Libertadores y un arranque más que promisorio en el torneo Clausura, nada menos que con dos abultadas goleadas, que suman once goles en dos partidos.
 
El equipo de Daniel Passarella fue el único de los denominados ?grandes? en llevarse los tres puntos en la primera fecha del certamen. Pero no se trata sólo de resultados, sino de la ilusión que genera en los hinchas un funcionamiento aceitado de un equipo que hasta hace un mes parecía con un futuro desolador.

El ?Kaiser? contó con dos de los refuerzos ?en realidad con tres, aunque Figueroa ingresó cuando el partido ya estaba liquidado-. Los defensores Paulo Ferrari y Julio César Cáceres cumplieron en sus actuaciones. Sobre todo el central, que jugó como si hubiese vestido siempre la camiseta de River.

La clave de este River, entonces, no está sólo en haberse reforzado, sino en el cambio de actitud de varios jugadores. El caso más obvio es el de Daniel Montenegro, que ayer jugó un partido espléndido. Los dos goles coronaron una actuación brillante, donde el ex Huracán encabezó cada ataque del conjunto millonario.

?Si Montenegro vuelve a ser el de Huracán, va a ser ídolo en River?, dijo Passarella y el ?Rolfi? está haciendo todo para cumplir con el vaticinio del entrenador, quien con el triunfo de ayer consiguió igualar su mayor goleada desde el banco de suplentes: el antecedente era Belgrano de Córdoba, en 1993, al que también goleó 5-0.

Pero hay otros nombres, como el de Jairo Patiño. El colombiano tenía un pie afuera de River, incluso en los partidos del Pentagonal de verano era uno de los futbolistas que estaban ?a prueba?. Ayer reemplazó nada menos que a Gallardo y lo hizo muy bien.

Ya había tenido un gran partido en el 6-0 ante Oriente Petrolero y antes, en la victoria contra Boca. Ahora se asienta quizás no para ser titular, pero sí para cubrir una vacante cuando haga falta, y en esto habrá que tener en cuenta que River jugará la Copa y el torneo al mismo tiempo. De todas formas, los dirigentes buscan un enganche y más precisamente a Andrés D?Alessandro.

Arriba, Ernesto Farías jugó un buen partido, complementándose bien con Montenegro y llegando al gol. Y en el medio, se va asentando el tándem Santana-Ahumada ?una nueva versión de la dupla Zapata-Astrada-.

El River 2006, moldeado por Passarella, va tomando forma. Es lo que necesita para levantar vuelo y así dejar atrás las penas que arrastra después de un año donde los éxitos le dieron la espalda.