¿Qué es de la vida de Marcelo Corazza?

Por esas jugadas del destino fue el gran ganador de la primera edición de Gran Hermano. Pronto se convirtió en el predilecto de los millones de televidentes que siguieron sus movimientos las 24 horas del día pero? ¿cómo siguió su vida luego de tanta exposición?

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La localidad bonaerense de Tigre fue testigo, allá por el año 1972, del nacimiento de un niño llamado Marcelo Corazza. Su infancia fue como la de cualquier otro chico de su edad. Transitó la escuela primaria número 6 y terminó con gran esfuerzo el secundario en el colegio Marcos Sastre. Su pasión no eran precisamente los libros sino el deporte, más específicamente el rugby.

La muerte de sus padres, Daniel y Lucía, a comienzos de los noventa, marcaría un rumbo penosamente inesperado en su andar. Marcelo tuvo que asumir la responsabilidad de educar y mantener a dos de sus hermanas, Gabriela y Natalia, además de abandonar sus prácticas deportivas para trabajar enseñando fútbol en la misma escuela donde Daniela, su otra hermana, era maestra.

Realizó todo tipo de tareas: fue camionero, quiosquero y hasta cuidador de un embarcadero de lanchas, mientras continuaba estudiando todo el día para poder concluir su carrera de profesorado en educación física. Finalmente se recibió como abanderado de la facultad donde asistía.

Un día decidió presentarse al casting de la productora Endemol para concursar en Gran Hermano, el reality que con éxito se había emitido en varios países del mundo y que iba a realizarse por primera vez en la pantalla chica de la televisión argentina pero sufrió una gran decepción cuando no fue elegido entre los primeros doce que ingresaron a la casa. Sin embargo, las cosas cambiarían: Gustavo Jodurcha, uno de los integrantes abandonaba el ciclo y Marcelo ingresaba para reemplazarlo.

Armó sus valijas y dejó todo sin dudarlo. Poco a poco se ganó el cariño de la gente pero el último día fue decisivo, definitivamente allí conoció la gloria, arrasó en los porcentajes finales transformándose en el campeón argentino del show y se hizo acreedor de una abultada suma de dinero que rondaba los 120.000 dólares. Una vez más su camino tomaba otro rumbo insospechado, sólo que esta vez la suerte estaba de su lado, colmándolo de dicha y felicidad.

Pero después de cruzar la puerta de la casa? ¿qué fue de la vida del afortunado triunfador?

Luego de habitar dos meses ese estudio de televisión que era Gran Hermano, Marcelo conoció desde adentro todos los secretos del medio y eso facilitó las cosas para que se animara en el 2001 a conducir, junto a Sabrina Carballo, quien un tiempo después se convirtió en su novia, un show de entretenimientos y juegos para niños llamado Megatrix, ciclo que salió al aire los sábados por Telefé.

En 2002 participó como cronista de exteriores en el programa Dar es Dar que conducía Juan Alberto Badía por Telefé, en el cual era testigo de los hechos, los intercambios y las historias solidarias que se generaban en torno al show.

Posteriormente, sobrevino un gran escándalo mediático cuando Intrusos puso al aire una cámara oculta donde mostraban imágenes sobre la supuesta homosexualidad de Corazza. Unos cuantos comentaron que todo había sido un truco, que la situación estaba pre armada y que el joven que estaba junto al ex Gran Hermano había sido preparado con micrófonos escondidos para la ocasión pero Marcelo, triste y avergonzado, lejos de participar en una discusión o intentar defenderse, decidió refugiarse en el anonimato.

Lejos de las cámaras, vino una etapa de bajo perfil en la que Marcelo se dedicó a la producción. Se desempeñó como asistente de producción en Operación triunfo, la pequeña fábrica de cantantes conducida por Alejandro Marley Wiebe que emite Telefé, labor que continúa realizando en la actualidad.

Hace poco tiempo, se animó a actuar (estudió varios años actuación antes de hacerse conocido). Su primer trabajo en este rubro fue para Mosca y Smith en el Once, un policial diferente y atrevido creado por los afamados publicistas Ramiro Agulla y Carlos Baccetti y que protagonizaron los actores Fabián Vena y Pablo Rago. Y hace dos semanas se lo vio en un capítulo de Se dice amor junto a Juan Darthés.

Este joven bonachón que supo ganarse el cariño del público, regresó a las canchas y se transformó en el entrenador de las divisiones inferiores de su querido Tigre Rugby Club, equipo en el que también juega en la posición de centro tres cuartos. Como no podía ser de otra manera, desde pequeño sintió devoción por el deporte y la vida al aire libre? Bromas del destino, amar tanto la libertad y vivir un largo tiempo privado de ella?

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