(EFE).- Para combatir el frío que reina en esta época, Benedicto XVI echó hoy mano de una de las prendas más queridas de su antecesor Juan XXIII: el "camauro", un gorro de terciopelo rojo ribeteado de armiño que hoy lució en la audiencia pública.
La prenda había caído en desuso después del pontificado del Papa Roncalli (1958-1963), pero Joseph Ratzinger la rescató para resguardarse de las bajas temperaturas al acudir a la Plaza de San Pedro del Vaticano para la tradicional audiencia de los miércoles.
El "camauro", gorro de un brillante color rojo y forrado de piel de armiño, nació en el siglo XII como prenda reservada a los papas, que lo utilizaban en invierno en lugar del habitual solideo blanco.
El gusto del Papa por las prendas que utilizó Juan XXIII ya se puso de manifiesto el pasado 8 de diciembre, cuando se desplazó a la romana Plaza de España vestido con una muceta, una esclavina que cubre el pecho y la espalda, también roja y forrada de armiño, igual a las que a menudo llevaba el "Papa Bueno".